Un canto de "añoransa" a la patrona

Largas filas de alumbrantes arropan a la Purísima en el día grande de Torrevieja con una procesión que recupera la normalidad salvo en el fin del recorrido, con la Salve Marinera a las puertas del templo para evitar aglomeraciones

Loreto Mármol

Loreto Mármol

El día grande de Torrevieja este año no ha estado marcado por la inquietud que provoca un virus imprevisible, sino por un cielo cubierto, como con humo de pólvora, que ha amenazado con lluvia y ha mantenido en vilo a los fieles hasta el último momento. La asociación Hijos de la Inmaculada ha estado en contacto todo el día con Proyecto Mastral, con la determinación de que suspender la procesión de la patrona era la última opción. Y así, manteniendo la fe, la Purísima ha salido a hombros de casi 50 costaleros sobre un trono soldado por unas 2.000 orquídeas blancas importadas de Holanda, que se repartirán este viernes a quienes acudan a la misa de Acción de Gracias, a las 19.30 horas, por los torrevejenses fallecidos en el último año, que concluirá con el canto de «La despedida», de Luis Cánovas. 

Precedida por Los Salerosos, la Virgen ha procesionado con normalidad por las calles Caballero de Rodas, Clemente Gosálvez, Paseo Vista Alegre, Joaquín Chapaprieta, Vicente Blasco Ibáñez y Azorín, cerrando el cortejo la Unión Musical Torrevejense. El llamamiento a la participación que hizo la asociación ha surtido efecto, y en la parroquia se han repartido velas con guardavientos. Largas filas de alumbrantes y la corte salinera la han arropado durante todo el trayecto, manteniendo el orden y controlando las paradas.

Hacia el mar

Al llegar al Casino, la Inmaculada ha dirigido su mirada hacia la mar, mientras ha sonado el himno nacional, cuyas notas han dado paso al monumental castillo de fuegos artificiales, que, al igual que el pasado año, ha sido intenso y concentrado, manteniendo su esplendor aunque sin excederse más de cinco minutos: «Tu cielo es pólvora reflejado en las aguas del mar».

Vídeo de la procesión de la Purísima en Torrevieja

Tony Sevilla

Ya a las puertas de la biblioteca municipal Carmen Jalón, las antiguas escuelas graduadas, ha intervenido la Masa Coral José Hódar, bajo la dirección de Miguel Guerrero, dedicándole a la patrona la habanera «A mi añoransa», de José Cerdán y Francisco Vallejos: «Para poder tener y ofrecer ante la Inmaculada mi amor, ese amor que por ti soñé».

Luego han llegado los disparos de pétalos por parte de la Hoguera Molinos del Calvario a su paso por la antigua residencia de las Hermanas Carmelitas, con esa ilusión que incita a soñar.

El recorrido, con balcones y fachadas engalanadas, ha finalizado con la única excepción que ha roto la normalidad. En lugar de hacerlo en el interior de la iglesia, como era habitual antes de la pandemia, ha concluido a las puertas del templo, para evitar aglomeraciones debido a la gran participación de personas mayores que aún guardan las distancias con el covid. Allí, los asistentes han entonado la Salve Marinera junto con la Coral Torrevejense Francisco Vallejos y la banda de la Unión Musical. El colofón de unas fiestas que han concentrado cerca de un centenar de actos.