La acreditación del C1 busca frenar la exención del valenciano en la Vega Baja

Educación garantizará la homologación a los alumnos de bachiller con una media de 7 en la asignatura - Los exentos siguen siendo aplastante mayoría en esa etapa en zonas de predominio castellanohablante para evitar la materia en selectividad

Prueba de selectividad en el vestíbulo del Auditorio Internacional de Torrevieja.  | TONY SEVILLA

Prueba de selectividad en el vestíbulo del Auditorio Internacional de Torrevieja. | TONY SEVILLA / D.Pamies

D. Pamies

D. Pamies

La Generalitat ha anunciado que el decreto que permitirá acreditar el C1 de valenciano (el antiguo Mitjà) a los estudiantes que obtengan un siete de media en bachiller entrará en vigor este mismo curso. La medida tiene impacto en toda la Comunidad Valenciana pero con unas derivaciones significativas en las zonas castellanohablantes. La ley de Normalización Lingüística ampara el derecho a la exención de los alumnos en 26 de los 27 municipios de la Vega Baja, Elda, Monforte del Cid, Sax y Villena.

Aulas vacías

Las aulas de la asignatura de valenciano en los dos cursos de la etapa de Bachillerato están prácticamente vacías en los institutos del Alto Vinalopó, y sobre todo en la Vega Baja. Hay profesores de valenciano que la imparten con grupos de solo dos o tres alumnos. Una mayoría de estudiantes, incluso que aquellos que han estudiado la asignatura de valenciano durante los cuatro cursos de la ESO, prefieren evitar esa formación para no encontrarse con la asignatura también en selectividad. La motivación que les mueve a ello es doblemente práctica. Por una parte se descargan de una materia específica para estudiar si es posible -harían lo mismo si pudieran librarse de otras-, y por otra se encuentra el rechazo a esa formación al objeto de evitar en los exámenes de EBAU una asignatura que pueda bajar su nota final.

La Conselleria de Educación ha presentado la medida bajo un criterio exclusivamente técnico. Pero la homologación de la acreditación a través del sistema educativo, con la obtención del C1, puede tener en la Vega Baja y el Alto Vinalopó otras lecturas, como la de revertir esa tendencia. Mientras que el derecho a la exención ya se ejerce de forma muy minoritaria en Infantil, Primaria y Secundaria, y más desde que se puso en marcha el plurilingüismo, sí sigue siendo masiva en la etapa de bachillerato para evitar la materia en selectividad.

Los pruebas de valenciano en la EBAU no tienen en cuenta si los alumnos proceden de una zona castellanohablante. Estadísticamente ese examen suele bajar la media de quienes optan por no pedir la exención. Además, si escogen la materia de valenciano se forman en un entorno bastante hostil para su aprendizaje fuera del aula. También lo es para los profesores.

Vigencia

La Conselleria minimiza esa «espantada» en las zonas castellanohablantes asegurando que en el conjunto de la Comunidad solo hay un 8,4 % de alumnos exentos del total en esta etapa -más de un punto inferior al del curso 2015-2016, cuando el 9,6 % del total del alumnado estaba exento de la asignatura de valenciano-. Es un dato muy elástico: la exención solo se permite a quien la pide en las zonas de predominio castellano y es obligatorio en las del valenciano. Y Educación no ofrece esas cifras desglosadas por comarcas.

La previsión es que el decreto entre en vigor el primer semestre de 2023, por lo que el alumnado que este curso 2022-2023 acabe ESO y Bachillerato ya contará con acreditaciones en competencias de valenciano. El B1 se otorgará de forma automática para el caso del alumnado que finalice la ESO habiendo aprobado la asignatura de valenciano en los cuatro cursos de la etapa.

¿Es retroactivo?

El alumnado que finalice el Bachillerato aprobando la asignatura de valenciano en los dos cursos de la etapa tendrá acreditado un nivel B2 de valenciano. Y los estudiantes que superen la materia de valenciano con al menos un 7 de puntuación en cada curso de esta etapa contará con el nivel C1 de valenciano. ¿Tiene carácter retroactivo? Lo es para la obtención del B1 de los alumnos de ESO o B2 de los bachilleres para cursos anteriores a la entrada en vigor del decreto que cumplan los requisitos.

Aplicación

Pero esa retroactividad cambia para el caso del «preciado» C1. Podrá contar con este nivel de acreditación el alumnado que haya cursado Bachillerato con la asignatura de valenciano solo desde el curso 2021-2022 y con al menos ese 7 de media en la asignatura de valenciano en cada uno de los dos cursos de la etapa. Tanto para el curso pasado, 2021-2022, como para este 2022-2023 y posteriores, la Conselleria reconocerá de oficio las certificaciones del C1, que expedirá y registrará la JQCV. En el caso del B1 y B2, para cursos anteriores a 2021-2022, será la persona interesada la que deberá solicitar las acreditaciones a través de la Junta Qualificadora de Coneixements de Valencià (JQCV).

El C1 es donde están «encallados» miles de estudiantes que se forman para lograr una certificación esencial en el acceso a cualquier puesto de la función pública en la Comunidad Valenciana. También se valora como un mérito su posesión si no se exige como requisito, en especial en la enseñanza. Las multitudinarias convocatorias de las pruebas organizadas por la JQCV cada curso en la Vega Baja suelen concentrar a la mayoría de los aspirantes en la acreditación del C1. Y lo mismo ocurre en el caso de los exámenes de acreditación que cada año convoca a su vez la Cieacova en las universidades de la Comunidad.

De «regalar» la acreditación a una nueva «imposición»

La medida es cuestionada por sectores de la izquierda nacionalista valenciana que defienden el requisito lingüístico como una medida esencial para asegurar la supervivencia de la lengua y acusan al Consell de «regalar» la acreditación. Y en el ppolo opuesto, en los colectivos contrarios a la enseñanza del valenciano obligatorio con mayor difusión en la Vega Baja, se considera una nueva limitación a la libertad de elección de lengua y como «una imposición».