Entrevista | José Luis Satorre Párroco de Santa Justa y Rufina de Orihuela

"He sido un cura de andamio, a pie de obra, pateando las calles"

Se jubila de sus obligaciones como sacerdote durante 24 años de Santa Justa, pero no de su compromiso por prestar un servicio a la comunidad. José Luis Satorre analiza su trayectoria en Orihuela, su pueblo de adopción. Llegó con 10 años al Seminario y ha pasado 48 años de su vida conociendo la ciudad primero desde los tejados y después de tú a tú. De estos tiempos de sacrificio e inseguros, de fracasos y desastres, surgirán días de gloria, porque, asegura, "hay un amanecer que se está gestando"

José Luis Satorre, párroco durante 24 años de Santa Justa

José Luis Satorre, párroco durante 24 años de Santa Justa / TONY SEVILLA

Loreto Mármol

Loreto Mármol

Nació en Novelda un Día de la Comunidad Valenciana, el 9 de octubre de 1945, entre sacos de hierbas -sobre todo tila y manzanilla- en el comercio de azafrán y condimentos que tenía su padre. A sus casi 78 años, José Luis Satorre, párroco durante 24 años de la Iglesia de las Santas Justa y Rufina de Orihuela, ha recibido la orden del obispo José Ignacio Munilla para jubilarse, una noticia que de entrada no le sentó bien -confiesa- porque le pilló a pie cambiado. Ahora, cierra una etapa con agradecimiento hacia todos aquellos que le han ayudado a creer, madurar y ser quien es.

PREGUNTA: ¿Por qué decidió entrar en el Seminario de San Miguel?

RESPUESTA: Llegó un sacerdote a Novelda. Éramos mañacos, y nos presentamos un grupo para ser monaguillos. Vi a aquel hombre muy entusiasta y contento. La gente lo quería mucho. Era muy respetado. Don Federico Sala fue un cura maravilloso. A mí aquello me llamó la atención, y dije yo quiero ser como este hombre. Tuve que luchar porque al principio mis padres no me dejaban porque era muy pequeño. Tenía 10 años cuando ingresé en el Seminario. Me dijeron que me esperase e hiciera el bachiller, y yo emperrado en que no, en que tenía que ser ya, y al final me dejaron. Cumplí 11 años en el Seminario y ahí estuve 12 años hasta que terminé con 22.

"Ingresé en el Seminario de Orihuela con 10 años y ahí estuve hasta los 22"

P: ¿Luego qué hizo?

R: Como hasta los 24 no te ordenaban sacerdote, don Pablo, que era entonces el obispo, me dijo que iba a solicitar el permiso a Roma. Mientras tanto, me mandó a San José Obrero, que estrenaba edificio, y ahí estuve tres meses de diácono y formador hasta que en Navidad me llamó el obispo para ordenarme de cura. Fue el 22 de diciembre de 1968, y el 26 canté misa en Novelda, en mi parroquia y con mi familia.

"Me ordené como sacerdote el 22 de diciembre de 1968, y el 26 canté misa en Novelda, en mi parroquia y con mi familia"

P: ¿Qué recuerda de esos inicios?

R: En San José Obrero fui para tres meses y estuve ocho años. Estaba contento de hacer esa labor con todos los chavales, que en aquella época eran más de 300. Una niña de 5 ó 6 años un día en el patio me dijo: "Nosotros te necesitamos, no que sepas mucho sino que nos quieras y nos ames". Aquello dio un vuelco grande en mi vida. Eran chavales carentes de amor, con muchas carencias afectivas, y veían la posibilidad de que en San José Obrero alguien les quisiera. Aquello fue lo que me motivó a fijarme en la gente y ayudar, e intenté no solamente saber mucho sino querer a la gente.

P: Ese fue el arranque de todo y ahora, por cierto, es muy querido. El objetivo que se marcó parece que lo ha conseguido.

R: Lo he intentado. He luchado. Siempre hay muchas lagunas, fallos dentro de ese esfuerzo, pero lo que sí he tenido claro es por dónde tenía que caminar. No sé si lo habré conseguido, pero el ayudar, estar y pensar con la gente como sacerdote y como persona lo he intentado. Si lo he conseguido bendito sea Dios, y si no es porque he sido muy torpe.

José Luis Satorre

José Luis Satorre / TONY SEVILLA

P: ¿Cuántos años ha realizado de servicio?

R: De sacerdote 54, del año 68 hasta ahora, pasando por diferentes parroquias. Estuve en Torremendo dos años, en una parroquia muy pequeña pero muy humana. Fue mi primera parroquia. Nos volcamos con ilusión con la gente joven. Luego me fui a San Antón Escorratel cinco años. Un año en Benidorm. Entonces don Pablo me llamó para que me hiciera cargo de San José Obrero, en torno a 1982. Ahí me cogió todo el cambio político, a nivel nacional, autonómico y municipal, y también pasó de ser un centro de protección a uno de acogida. Me ayudó mucho la administración, los servicios sociales de Alicante, sobre todo la sección de infancia, que me otorgó subvenciones para poner el centro al día. Contraté a un equipo de psicólogos, pedagogos, asistentes sociales y educadores. Y ahí está el centro hoy. Los compañeros que me han seguido han intentado completar aquella obra que iniciamos. Ahora es un centro de referencia.

"Torremendo fue mi primera parroquia, muy pequeña pero muy humana"

P: ¿Cómo llegó a Santa Justa y Rufina?

R: Después estuve en Callosa unos cinco años. Los callosinos me acogieron con maravilla e ilusión. Los quiero mucho porque se entregan si tú te das. Con sus dificultades -no todo es oro lo que reluce-, como todo, pero es gente sana y buena. Guardo un recuerdo muy bonito de entrega, colaboración y participación. De ahí me fui a Santiago de Orihuela, donde estuve un año. En esos momentos falleció el cura de Santa Justa, que era don Jesús Ortuño, y me hice cargo de la parroquia, tomando posesión en octubre de 1999, hasta hoy.

P: ¿Cuándo será efectiva su jubilación?

R: A partir de octubre. Entonces podré ir a cualquier parte sin obligación de volver por una misa, un entierro o un bautizo. La jubilación para nosotros es no tener responsabilidades en parroquia, pero no estamos jubilados para echar una mano. Ayudas, colaboras y participas en lo que te pidan los compañeros.

Satorre se despide tras 24 años como párroco de Santa Justa

Satorre se despide tras 24 años como párroco de Santa Justa / TONY SEVILLA

P: ¿Cómo se tomó esa orden del obispo José Ignacio Munilla?

R: Obedecer cuesta mucho pero obedecemos. El obispo nos ha jubilado, pero el servicio a la iglesia y a los compañeros está por encima de todo.

"El servicio a la iglesia y a los compañeros está por encima de todo"

P: No hay más remedio que obedecer, ¿se lo esperaba o pensaba continuar?

R: Cuando el obispo me llamó yo creía que era para darme más responsabilidades. No se me había pasado por la cabeza la jubilación. De entrada no me sentó bien. Tienes unos proyectos, estamos a final de curso, me cogió a paso cambiado. Pero luego hablando con conocidos y amigos me animaron, me dijeron que era una oportunidad, que ya he trabajado bastante y necesito descansar. Pues sí, es hora de dar un paso hacia adelante y que venga otro a hacerse cargo de la parroquia. Los curas nos marchamos pero el Señor se queda en la parroquia. No somos tan necesarios ni tan imprescindibles.

"Los curas nos marchamos pero el Señor se queda en la parroquia; no somos tan necesarios ni tan imprescindibles"

P: Ha hablado en alguna ocasión de que Santa Justa es una parroquia viva y abierta. ¿Qué impronta le ha dado?

R: Empecé mi trayectoria con niños, y eso me marcó. En la parroquia son los que ataren a las familias. Si hay niños hay vida. Los chiquitos chillan y corren y eso le da vida a una iglesia tan grande como es Santa Justa, que entras y te quedas asombrado de ver su altura. Ver a esas cabecicas tan pequeñas que están ahí escuchándote la catequesis. Viva es cuando el Evangelio se intenta realizar.

P: Hay quien dice de usted que es poco ortodoxo. ¿Cómo se definiría como cura?

R: He intentado ser un cura de andamio, que está en la obra, planificando, que cree en su sacerdocio e intenta transmitir esa fe, esperanza y caridad a su gente. Luchador, cercano y que comprende a la gente. Intento dar soluciones y ánimos. Nunca he sido un cura extraordinario ni fuera de serie, sino un cura normal y corriente, que patea las calles.

"San José Obrero y la casa de la Caridad fueron hitos en mi vida"

P: ¿Qué destacaría de su trayectoria?

R: Dos ilusiones han aguantado mi vida. San José Obrero y la casa de la Caridad, que fue una herencia que nos dejaron y en donde se acoge a los que vienen de paso. Fueron hitos en mi vida.

P: ¿Qué representa Orihuela en su vida?

R: Conocí Orihuela por los tejados, por esos 12 años en el Seminario. Cuando salí del Seminario quería ir a cualquier parte menos a Orihuela, porque pensaba que durante ese tiempo ya la había conocido. Acabé estando 48 años en Orihuela. Toda una vida. Antes la veía vertical y la conocí horizontal, de tú a tú. Orihuela para mí es mi pueblo, no donde nací pero sí el que me acogió y me ayudó a ser cura, al que a su vez yo intenté contribuir a que sea buena gente. Ellos acogiéndome y yo echándoles sermones hicimos un tándem, y nos hemos querido, nos hemos soportado, enfadado y peleado. Pero cuando las personas se quieren si no se pelean no se aman. Los matrimonios cuanto más se pelean más se quieren. Aquí estaremos hasta que Dios quiera, echando una mano.

"Orihuela acogiéndome y yo echando sermones hicimos un tándem"

P: ¿Su compromiso con la sociedad seguirá intacto?

R: Sí, mientras yo viva y tenga fuerza, con la ilusión de siempre. Saber que estás prestando un servicio a la comunidad seguirá adelante.

P: ¿En qué dedicará ese tiempo libre sin las obligaciones de la parroquia?

R: En cosas que durante estos años no he podido hacer: visitar a los amigos y a los curas en sus pueblos; ir a Novelda, que llevo años que no la pateo; ver a mis primos y conocer a mis sobrinos nietos, que hay algunos a los que aún no conozco. Relaciones públicas y familiares. Leer y estudiar. Tengo libros pendientes. Me gusta estar al día.

P: ¿Qué libros lee?

R: De todo tipo, pero sobre todo de Teología y actualidad. Hay un libro que tengo entre manos de Juan Pablo II, "Dejadme ir a la casa del Padre", y luego otro, "Con la fuerza de Dios". Me gusta releer. Tengo la manía de subrayarlos y hacer anotaciones. Me gusta releerlos con la perspectiva de los años para ver por dónde camino.

P: ¿También escribirá?

R: Quiero hacer una memoria agradecida desde que pisé San José Obrero hasta hoy, pero una cosa interna, para mí. Una especie de retiros que uno hace no en un sentido nostálgico, sino para darle gracias al Señor porque en algunos momentos, aunque no me daba cuenta, me ha estado guiando y fortaleciendo. Y dar las gracias a todo aquel que ha pasado por mi vida, que me ha dejado una enseñanza y un mensaje.

P: Le gusta seguir la actualidad.

R: Me gusta la historia, no solo la que pasó sino la de cada día a través de las noticias. Desde lo político a lo económico y social.

"De todo esto que está pasando hay un amanecer por ahí que se está gestando"

P: ¿Qué lectura hace?

R: En el Seminario nos decían que los tiempos de sacrificio e inseguros nos sirven de purificación para fijarnos en que no solo nosotros fijamos este mundo sino que hay alguien que lo sostiene, que es Dios. Cuando nos apartamos de él, hay fracasos y desastres. Por eso los tiempos de purificación siempre traen días de gloria, y eso es lo que espero. De todo esto que está pasando hay un amanecer por ahí que se está gestando.