La sátira toma las calles de Orihuela Costa por Carnaval

El litoral oriolano celebra un desfile multicultural con más de 350 participantes y 15 comparsas llenas de alegría y color, sin olvidar el contrapunto mordaz para criticar la falta de servicios tras décadas de abandono

Loreto Mármol

Loreto Mármol

La sátira sobre la actualidad política y económica con una gran dosis de humor es una de las esencias del Carnaval. En la antigua Grecia, el dios Momo, el de los escritores y poetas, representaba el sarcasmo y las burlas. Tan mordaz era su actitud y tan constante su crítica al resto de dioses que acabó desterrado del Olimpo. Algo así les podría haber pasado a los integrantes de la comparsa Los bombones de la Costa, que han llevado el hartazgo del vecindario al desfile carnavalesco que se ha celebrado en el litoral oriolano.

Teniendo en cuenta lo que ocurrió en el encendido de luces navideñas, cuando un grupo de vecinos aprovechó el plantel de representantes del Ayuntamiento para hacer una sonada pitada por las deficiencias en la gestión, varios agentes de la Policía Local y la Comisión de Fiestas de Orihuela Costa quisieron cerciorarse de que no habría "problemas" con una comparsa que había preparado varias canciones críticas con el Consistorio. Finalmente, desfilaron y cantaron demostrando que la crítica no está reñida con la falta de respeto hasta el punto de que se alzaron con el premio a la creatividad.

Con disfraces confeccionados por ellos mismos con cartón, reflejaron los principales problemas que sufren en cuanto a servicios e infraestructuras tras décadas de abandono. Las basuras, los escombros, las palmeras sin podar, los baches en las calles, el demandado paso peatonal sobre la AP-7... fueron los protagonistas de la indumentaria y de las letras.

Los bombones de la Costa, formada por unos 50 integrantes que son socios de la asociación vecinal Unidos por la Costa, tienen un leitmotiv: "El agradable y dulce clima de la costa de Orihuela, es un apetitoso regalo que nuestros máximos representantes ofrecen a todo aquel que quiera venir a visitarnos. Pero solo los vecinos que viven aquí saben que muchos de esos bombones, que peligran con derretirse al potente sol de la costa, están envueltos de mentira, cubiertos de promesas y rellenos de farsa".

Así, "hambrientos de soluciones, los vecinos de la costa quieren abrir estas delicias para poder degustar y así saborear la otra realidad que muchos no conocen", advirtieron antes de presentar su menú musical. 

Carencias

Al ritmo del Carnaval, Carnaval, de Georgie Dann, abrieron boca con un entrante: "Mi ciudad, mi ciudad está por los suelos. No tenemos sanidad, ni colegio, ni lugar, para los abuelos", en referencia a la demanda ampliación del centro de salud, la construcción de uno nuevo, el tercer colegio y un centro de mayores.

Y otro de la mano de Carlos Baute, con Te regalo bombones envenenados, haciendo alusión a las mil cosas que hay para enamorar al turista y esas otras tantas que no se conocen: "Nosotros también formamos parte de esta costa que hoy quiero enseñarte, te darán todo lo que tú pidas, pero de mí todos se olvidan".

Siguieron con su versión de Soy una taza, de los Cantajuegos: "Soy una casa con un okupa, una palmera, y un socavón. Una barrera, una escombrera, un parque roto y un contenedor. La carretera sin pasarela, soy un paseo sin protección".

Tampoco faltaron los problemas de accesibilidad, que los reflejaron con la melodía del Tractor amarillo.

Como primer plato el hit de Karol G.: "Qué hubiera sido si todo lo hubieseis cumplido, seguramente la costa estaría más decente, probablemente. Y no con las baldosas, que se levantan y son peligrosas, las palmeras ya tienen muchas hojas, y la basura no hay quien la recoja, nadie se moja. Quién te va a tratar como yo. Quién te va a cuidar como yo, aquí lanzamos licitación y seguro que hay solución. Cuando yo vine me lo encontré. Tú confía lo arreglaré. Es muy fácil levantar esto. No lo dudes y vótame".

La falta de iluminación y los reventones de ruedas por los numerosos socavones con denominación de origen Gangman Style.

De segundo plato, un mensaje a navegantes, que por "vergüenza deben dimitir". Pero "oye, abre tus ojos, vente conmigo, y mira en lo que Orihuela se ha convertido. Esta comparsa quiere pararlo, por eso juntos cantamos vamos a cambiarlo", alzaron sus voces como Chayanne en Madre tierra para acabar con el postre al estilo de Los manolos: "Vecinos para siempre a tu lado yo estaré. Si tú me ayudas yo también te ayudaré. Nuestra costa la podemos rehacer. Vecinos para siempre". Buen provecho (puedes escuchar las canciones en este enlace).

En total, participaron casi 350 personas que formaron parte de 15 comparsas en un Carnaval multicultural en el que también obtuvieron premios Teatro de moda, como la más colorida, y Energizer dance por su alegría. Una jornada que costó unos 7.000 euros que los vecinos costearon de su propio bolsillo, mientras el Ayuntamiento ha licitado el desfile en el casco urbano, que se celebrará el 4 de marzo, con un presupuesto de 14.500 euros.

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