La conciliación rebaja los pleitos entre regantes en los juzgados de Aguas

Los tribunales consuetudinarios españoles reivindican en Orihuela su papel en la agricultura y la gestión del agua, así como un marco normativo que garantice su independencia y más apoyo institucional

Orihuela acoge en La Lonja la IV Jornada de los Tribunales Consuetudinarios y Tradicionales Españoles

Orihuela acoge en La Lonja la IV Jornada de los Tribunales Consuetudinarios y Tradicionales Españoles / Información

Loreto Mármol

Loreto Mármol

Hay una ley que no necesita ser escrita en un libro para tener vigencia. Redactada renglón a renglón por el tiempo, queda impresa no en el papel, sino en el conocimiento y la conciencia. Una ley que viene por una forma de hacer las cosas durante siglos y que es transmitida a lo largo de las generaciones. Es la que imparten los juzgados consuetudinarios, que siguen teniendo vigencia, siendo referente y ejemplo más de diez siglos después, sobre los conflictos entre regantes.

Testigos de la historia de la tradición agrícola, en una tierra sedienta como es el Levante español, han impartido justicia de una manera oral, rápida y pública, apoyándose en doctrinas que forman parte de un ideario colectivo que se ha ido trazando durante años y ganando legitimidad desde hace más de un milenio.

Para analizar los retos en pleno siglo XXI y reivindicar su papel en la agricultura y la gestión del agua, el Juzgado Privativo de Aguas de Orihuela, en el 750 aniversario de su creación y cuando ha sido declarado Bien de Interés Cultural, ha organizado la IV Jornada de los Tribunales Consuetudinarios y Tradicionales Españoles, que se ha celebrado este viernes en el auditorio de La Lonja, contando con la participación del Tribunal de las Aguas de la Vega de Valencia, el Consejo de Hombres Buenos de la Huerta de Murcia y el Tribunal del Comuner del Rollet de Gràcia de L'Horta d'Aldaia.

Estos tribunales consuetudinarios, reconocidos por su eficacia en la resolución de conflictos hídricos en el ámbito agrícola, han experimentado en los últimos años una disminución en el número de litigios debido a que la conciliación en los juzgados evita muchos pleitos. Los tres organismos de la Comunidad Valenciana han coincidido en que el número se estanca en unos siete al mes, mientras que el murciano ve cómo su cifra es significativamente más alta. 

Además, han concluido que su supervivencia está directamente ligada a la permanencia de la huerta y a un marco normativo que garantice su independencia, en el transcurso de una mesa de debate que ha estado moderada por Manuel Almarcha Marcos y María del Mar García Calvo, decano y vicedecana del Colegio de Abogados de Orihuela. 

Así, Francisco Almenara, presidente del Tribunal de las Aguas de Valencia, ha subrayado la necesidad de que estas instituciones negocien con todas las partes políticas para asegurar su continuidad. Por su parte, José Bonet Navarro, del Tribunal del Comuner del Rollet de Gràcia de L'Horta d'Aldaia, ha destacado la importancia de que estos tribunales no sean regulados de manera excesiva con el fin de preservar su independencia. Además, ha señalado que definir el papel de la Generalitat es primordial para evitar negociaciones constantes que solo hacen más que retrasar el trabajo.

El presidente del Consejo de Hombres Buenos de la Huerta de Murcia, Diego Frutos, ha insistido en la protección de estas instituciones, alegando que "es fundamental que los organismos fomenten su mantenimiento y respaldo", mientras que Miguel P. Mazón, secretario del Juzgado de Aguas de Orihuela, ha enfatizado la necesidad de que la Administración asuma un rol activo en la defensa de la huerta, instando a que el artículo 36.3 del Estatuto de Autonomía se ponga en valor, asegurando que estos tribunales no sean utilizados como moneda de cambio en los cambios de Gobierno.

Modernización

Antes del debate, José Bernabé, juez de Aguas de Orihuela, ha señalado como objetivos la adaptación a las nuevas normativas de transparencia y la digitalización sin renunciar a la esencia propia, porque, ha asegurado, "nuestra fortaleza reside en la tradición, la inmediatez y la cercanía con nuestros comuneros o herederos y con los regantes de la comarca, pero no podemos ser vistos como instituciones ancladas en el pasado".

José Bernabé, juez de Aguas de Orihuela

José Bernabé, juez de Aguas de Orihuela / Información

En esta línea, el alcalde oriolano, Pepe Vegara, ha destacado el trabajo de profesionales del sector primario e investigadores para implementar soluciones tecnológicas que aborden problemas que afectan directamente a los usuarios de los tribunales consuetudinarios, incidiendo en cuestiones como la gestión más eficiente del riego, la conservación del suelo o el conocimiento más profundo de las condiciones ambientales del cultivo. "Este trabajo conjunto, agricultor-investigador, está permitiendo identificar y priorizar necesidades y utilizar algoritmos que permitan tomar mejores decisiones a la hora de gestionar los cultivos", ha recalcado Vegara, que ha añadido que "caminamos hacia una agricultura más eficiente y sostenible, y los tribunales consuetudinarios deben adaptarse a estos nuevos tiempos sin perder ni un ápice de aquello que les da sentido: tradición, costumbre, respeto y ecuanimidad".

Respaldo institucional

El respaldo institucional ha sido otra de las demandas de estos tribunales. La consellera de Justicia, Nuria Martínez, que ha clausurado el acto, ha destacado el impacto positivo de los tribunales consuetudinarios en la sociedad y su papel fundamental en la gestión de recursos esenciales como el agua y la tierra, reiterando el compromiso de la Administración con los valores y la estabilidad de los juzgados valencianos y garantizando el respaldo financiero necesario para su continuidad.

La consellera y el alcalde de Orihuela, este viernes, en la jornada

La consellera y el alcalde de Orihuela, este viernes, en la jornada / Información

Asimismo, Vegara, ha indicado que "las administraciones tenemos la obligación de garantizar a estas instituciones históricas todo el apoyo necesario para que puedan seguir desempeñando su labor, y eso implica dotarlos de recursos" para que continúe siendo una realidad "el reconocimiento de los jueces-agricultores como personas honradas, conocedoras de los usos y costumbres y ecuánimes en su proceder".

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