El patrimonio del Monasterio de San Juan de Orihuela, en peligro

La ciudad podría perder más de 40 obras de arte, entre ellas tres salzillos y varias imágenes que procesionan en la Semana Santa oriolana si las Clarisas, por falta de vocaciones, se marchan a Elche

Cambiemos propone declarar el convento Bien de Interés Cultural para evitar la fuga de patrimonio

Trono de San Juan, en la procesión el Santo Entierro, imagen que alberga al monasterio

Trono de San Juan, en la procesión el Santo Entierro, imagen que alberga al monasterio / Matías Segarra

Loreto Mármol

Loreto Mármol

Orihuela corre el peligro de perder el patrimonio que alberga el Monasterio de San Juan de la Penitencia. Atendiendo a una normativa vaticana, dictada en 2018, los conventos con menos de cinco religiosas pueden abandonar sus edificios, llevando consigo todo el patrimonio que poseen, en el caso de que el convento no sea Bien de Interés Cultural. Esto se traduce en que la posibilidad de que las Clarisas, por la falta de vocaciones, abandonen Orihuela está cada día más cerca. En el caso de que el convento se cierre, las más de 40 obras de arte que atesora se irían a Elche, ciudad donde esta comunidad religiosa se está agrupando.

La iglesia posee un importante patrimonio documental y pictórico, así como importantes esculturas, algunas de ellas del insigne escultor barroco, Francisco Salzillo, como La estigmatización de San Francisco de Asís, La Dolorosa y el Cristo Yacente.

Así, en el caso de que esta orden abandone Orihuela se verían afectadas varias procesiones de Semana Santa, desapareciendo por ejemplo la Hermandad del Cristo de Zalamea, ya que sus dos imágenes están en este convento, y viéndose perjudicada la procesión del Santo Entierro, que perdería la imagen de San Juan, mientras que la procesión de la Hermandad de la Resurrección perdería La Dolorosa. 

"Todo esto supone no solo un expolio a la Semana Santa, sino también a la ciudad de Orihuela, que debería ser un referente en cuanto a investigación y estudio del arte y patrimonio en todo el sureste español", indica Cambiemos, que ha presentado una moción para instar a la conselleria a que declare el monasterio como Bien de Interés Cultural, "un gesto justo y necesario con la ciudad, con su patrimonio y su historia, que ya bastante maltratada ha sido a nivel patrimonial", argumenta el texto que se debatirá en el pleno del jueves.

Ya en 2014 se inició la incoación del expediente por parte del Ayuntamiento de Orihuela para la declaración de BIC del monasterio. Un año después se presentaron ante conselleria todos los documentos, informes y expedientes necesarios para su obtención. En 2018, se volvió a solicitar al Servicio Territorial de Cultura la declaración de Bien de Interés Cultural, mientras que en años sucesivos se producen diversas comunicaciones para la resolución del expediente, siendo en 2021 la última mediante una moción del Partido Popular, aprobada por unanimidad para la declaración de Bien de Interés Cultural. Todas las actuaciones llevadas a cabo por el Ayuntamiento ante la Generalitat han sido desatendidas, no habiendo recibido respuesta por parte de la Administración autonómica.

A juicio de la formación, Orihuela no puede permitir perder más patrimonio, como ya pasó con el Convento de Capuchinos o con las puertas del órgano de la Iglesia de las Santas Justa y Rufina. "El patrimonio del Monasterio de San Juan de la Penitencia le pertenece al pueblo de Orihuela, pese a que la Generalitat Valenciana no esté por la labor de declarar Bien de Interés Cultural un edificio que es un exponente a nivel autonómico en la excelencia patrimonial", concluye.

Un poco de historia

A finales del siglo XV, Orihuela deseaba tener un convento de monjas para evitar que tuvieran que trasladarse a otras poblaciones. Es por ello que en 1474 el Consell mandó buscar un lugar adecuado, eligiendo el abandonado convento de Santa Eulalia, en el Arrabal Nou, conocido posteriormente como el Arrabal de San Juan. Este monasterio tenía entre sus muros a hermanas de diversos linajes nobles y acaudalados de la ciudad, como Rosell, Roca, Togores, Rocamora, Masquefa, Rocafull. De ahí las importantes dotes que recibían cuando una de sus hijas formaba parte de la vida clerical en el convento. La Iglesia, que data del siglo XVIII, es de estilo barroco y fue diseñada por Antonio Villanueva. Posee una bóveda de cañón coronada en el crucero por una cúpula de media naranja, decorada con lienzos en pechina, también por Antonio Villanueva. 

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