La venta a través de internet gana adeptos. Eso no es un secreto para casi nadie. Todas las empresas, en mayor o menor medida, tratan de diseñar planes que les permitan adaptarse a las tiendas digitales. Y en eso ha entrado Ikea. El gigante sueco de los muebles lleva tiempo asumiendo las críticas de sus clientes por lo caro que resulta en muchas ocasiones pedir que te lleven los muebles a casa. Es por eso que los responsables de la multinacional han decidido tomar medidas, al menos en parte y han adaptado los costes de distribución y reparto.

Hasta ahora daba igual lo que te trajeran a casa. "Para un pedido de 60 euros te cobran 49 por traerlo a casa", se quejaba no hace mucho un internauta a través de las redes sociales. Atentos a esta demanda (y sobre todo a la competencia que puede llegar de plataformas como Amazon o las tiendas orientales que venden a través de internet en páginas muy conocidas), desde Ikea han tomado cartas en el asunto y han habilitado un nuevo servicio de paquetería para compras online de accesorios y pequeños muebles que tiene dos precios diferenciados.

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Precios según kilos

Por compras inferiores a 5 kilos (un paquete de accesorios y poco más), se cobran cinco euros de gastos de envío mientras que por compras de entre esos 5 kilos y 20 (ahí sí que tienes ya margen para incluir algún mueble de medianas dimensiones y no excesivo peso en el paquete), el precio es de 9 euros. Pero, ¿cómo se si lo que estoy pidiendo pesa o mide lo que tiene que pesar y medir para entrar en este nuevo servicio? Desde Ikea aseguran que en las características de los productos que se venden en internet se indican todos esos datos. El tiempo de entrega varía entre los 3 y los 5 días hábiles.

Además de estos servicios Ikea tiene otro de mayor coste y el que era conocido hasta la fecha que es el denominado "de la tienda a tu portal". En realidad en todos ellos se trata de ganar terreno en el comercio digital en el que se han introducido ya en mayor o menor medida otras grandes marcas lideradas por supermercados como Lidl o Mercadona que van adaptando poco a poco sus webs para acoger las nuevas necesidades de un mercado cada vez más globalizado. Muchos dan este paso, eso sí, sin querer perder presencia en sus tiendas físicas.