Comienzas las tareas de limpieza de tu casa y te toca el baño. ¿Horror? No, claro. No te preocupes porque limpiar esta zona de tu hogar no tiene que ser algo tedioso, ni complicado. Es más, en poco tiempo y con pocos productos puedes lograr unos resultados espectaculares. Sólo tienes que saber cómo conseguirlo y ponerlo en práctica. 

Si bien es cierto que en el baño tendrás que aplicarte a fondo ya que podemos encontrarnos con suciedad que en otra parte de la casa no tenemos. Por ejemplo restos de cal, jabón o moho pueden acumularse en las esquinas y es necesario acabar con ellos. 

En esta ocasión vamos a hablarte de cómo limpiar los azulejos del baño y dejarlos brillantes. Con el paso del tiempo, y del uso, la suciedad e incluso el polvo puede acumularse en ellos y hacer que pierdan su lustre. Ya no sólo hablamos de un tema estético es que la desinfección de todas las partes del cuarto de baño es muy importante.

Cómo limpiar los azulejos del baño con productos que tenemos en casa

Como te decíamos, realizar esta limpieza no tiene por qué llevarte mucho tiempo y tampoco has de gastar mucho dinero. Seguro que por casa tienes vinagre de limpieza, pues ya lo tienes todo. Se trata de un potente limpiador por lo que sólo necesitarás mojar una bayeta en agua, escurrirla y verter sobre ella un buen chorro de vinagre. Frota los azulejos y si tienes alguna mancha rebelde quítala con un estropajo. A continuación aclara los azulejos con la ducha y seca con un trapo seco. Si lo prefieres puedes mezclar el vinagre y el agua y ponerlo en un pulverizador. Así tendrás lista tu mezcla para cuando la necesites.

El amoniaco también es un excelente limpiador para tus baños al igual que el bicarbonato.

Cómo limpiar las juntas de los azulejos

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Si lo que quieres es devolverle el color a las juntas de tus azulejos necesitarás tres productos: agua oxigenada, bicarbonato y un cepillo de dientes.

Coge un recipiente y haz una mezcla con el agua oxigenada y el bicarbonato. Te quedará una especie de pasta. A continuación coge un cepillo de dientes y vete extendiéndola por las hendiduras. Espera unos minutos para que penetre y frota con el cepillo de dientes para que la suciedad se desprenda. Aclara con la ducha o con un paño mojado en agua y ¡listo!