La Manuka (Leptospermum Manuka) es una planta de hoja perenne o siempreverde que se utiliza en regiones de clima mediterráneo para decorar los patios y terrazas. Se trata de un arbusto pequeño pero con una gran ramificación, originaria de Nueva Zelanda, Oceanía e Indonesia, donde crece de forma natural. Su vistosa y abundante floración durante la primavera, de color rojo y rosa, así como su sorprendente resistencia a las inclemencias del tiempo, la convierten en una planta de exterior ideal para decorar balcones.
Además, las hojas de Manuka son de un color verde intenso y son muy ricas en aceites esenciales, al igual que muchos otros miembros de la familia de las Myrtaceae, y si se aplastan las hojas desprende una intensa fragancia. Te contamos cuáles son las características principales de la planta Manuka, Leptospermo o Árbol de Té de Nueva Zelanda y cómo cuidarla.
¿Cómo cuidar la planta Manuka?
LUZ
La Manuka es una planta que requiere exposición soleada o de semi-sombra. En el caso de querer tener una maceta de Manuka en interior deberemos buscar una zona bien iluminada y sacarla al exterior durante la primavera y el verano para que florezca más fácilmente y goce de buena salud.
TIERRA
La planta Manuka necesita una maceta que drene de forma adecuada el excedente de agua y cuyo sustrato esté compuesto a partes iguales de mantillo, arena de sílice y tierra de jardín. Además, la Manuka debe plantarse en un tiesto profundo y grande para permitir que sus raíces crezcan adecuadamente.
RIEGO
Como hemos dicho, la Manuka es una planta de primavera-verano, aunque sus hojas duran todo el año, y como tal debe regarse con más frecuencia durante estos meses. El riego de la planta Manuka debe ser regular, procurando que la tierra esté seca entre cada riego. Durante los meses de otoño e invierno el riego debe reducirse tanto en cantidad de agua como en frecuencia.
Además, conviene abonar la planta Manuka mensualmente durante la primavera usando un fertilizante mineral.
Curiosidades de la planta Manuka
Al igual que muchos otros arbustos, la madera de manuka se ha sido utilizada a lo largo de la historia. En este caso por sus características resistentes la madera de manuka era frecuentemente utilizada para fabricar mangos de herramientas y ahumar carnes y pescados.
Los maoríes utilizaban ciertas partes de la planta como medicina natural para reducir la fiebre y las molestias urinarias. También utilizaban el vapor de sus hojas hervidas para aliviar resfriados y su savia en la piel para tratar quemaduras. Además, se dice que masticar la corteza tiene un efecto relajante y mejora el sueño.
