Con la llegada del verano, las ventanas abiertas y las noches en terrazas y balcones, también reaparecen en nuestras vidas unos odiosos insectos que pueden llegar a convertirse en nuestro peor enemigo. Hablamos, como habrás podido adivinar, de los mosquitos.

Y es que las altas temperaturas traen consigo el zumbido de los mosquitos y sus molestas picaduras. Aunque, como suele ocurrir en muchas ocasiones, no todo es lo que parece y existen un tipo de "mosquito" que ni es mosquito ni pica. Se trata de la típula, también conocido como "mosquito gigante", un insecto que seguramente hayas visto en charcos y estanques. Te contamos cómo es y por qué no debes matarlo.

La típula, el mosquito que no es mosquito

Pese a su apodo y su aspecto, la típula no pertenece a la familia de los mosquitos, sino a la de los dípteros. Su cuerpo es alargado y fino, al igual que sus patas que tienen un tamaño superior a las de los mosquitos. Las típulas tienen sus alas siempre desplegadas y su vuelo es torpe y menos ágil que el de nuestros vampíricos enemigos, por lo que es muy fácil de cazar.

El temor a este insecto viene, además de su aspecto, por su tamaño, que puede llegar hasta los 100 milímetros. Sin embargo, este miedo es infundado, ya que estos "mosquitos gigantes" no pican y son completamente inofensivos.

Un dato curioso de las típulas (Tipulidae) es que su etapa adulta puede durar hasta 12 días y durante este tiempo prácticamente no se alimentan, sino que lo dedican por completo a la reproducción.

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Pero el motivo principal por el que no debes matar a una típula es porque se alimentan del néctar de las flores y larvas de mosquitos, por lo que forman una parte importante en la polinización de las plantas y el buen funcionamiento de los ecosistemas.

Así que ya sabes, si estás en tu casa, balcón o terraza y una típula aparece atraída por la luz y te molesta, lo ideal es que la espantes sin hacerle daño. Ya que ella no te lo hará a ti.