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El error que muchos cometen al guardar el queso en la nevera: se pone malo muy rápido

Conservar este alimento correctamente es fundamental para disfrutar de todo su sabor

El error que todos cometen al guardar el queso en la nevera: evítalo.

El error que todos cometen al guardar el queso en la nevera: evítalo. / pixabay

Mati Sirvent

Mati Sirvent

El queso es uno de los alimentos más apreciados en todo el mundo, y hay tantas variedades que es difícil resistirse a probar diferentes tipos. Sin embargo, a pesar de lo común que es en nuestras cocinas, muchas personas cometen un error crucial cuando se trata de almacenarlo en la nevera. Este error no solo afecta su frescura, sino también su sabor y textura. Guardar el queso de manera incorrecta puede hacer que se seque, se endurezca o incluso desarrolle moho antes de tiempo.

El error más común: envolver el queso en plástico

Uno de los errores más frecuentes al guardar el queso en la nevera es envolverlo en plástico. Aunque parece una opción rápida y conveniente, el plástico crea un ambiente hermético que no permite que el queso respire. Al hacerlo, el queso retiene demasiada humedad, lo que puede provocar la proliferación de moho en la superficie. Además, el contacto prolongado con el plástico puede afectar el sabor del queso, especialmente si el plástico es de baja calidad.

Una porción del queso analizado en el estudio y considerado muy saludable.

Cómo guardar el queso correctamente. / PIXABAY

El queso es un producto vivo que sigue madurando incluso después de ser cortado, y necesita cierta ventilación para evitar que se estropee prematuramente. Al envolverlo en plástico, se bloquea ese proceso natural, lo que puede arruinar la textura y hacer que el queso pierda su frescura.

La mejor forma de almacenar queso: papel encerado o pergamino

En lugar de envolver el queso en plástico, los expertos recomiendan utilizar papel encerado o papel pergamino. Este tipo de envoltura permite que el queso respire y, al mismo tiempo, evita que se seque demasiado. El papel encerado actúa como una barrera que deja salir la humedad y permite que el queso mantenga su textura y sabor por más tiempo.

El proceso es sencillo: simplemente corta un trozo de papel encerado lo suficientemente grande para envolver completamente el queso, asegurándote de cubrir todas las áreas expuestas. Luego, puedes colocar el queso envuelto en una bolsa de plástico o en un recipiente hermético, pero sin sellarlo completamente. Esto proporcionará el equilibrio perfecto entre ventilación y protección contra la sequedad.

La temperatura adecuada para el queso en la nevera

Otro factor clave para conservar el queso correctamente es la temperatura a la que lo guardas. No todos los quesos requieren las mismas condiciones, y la temperatura de la nevera puede variar entre las diferentes zonas. La mayoría de los quesos se conservan mejor en la parte menos fría de la nevera, como los estantes superiores o el cajón de las verduras. Evita guardar el queso en la puerta de la nevera, ya que es la zona más expuesta a cambios de temperatura cada vez que se abre.

El cambio climático afecta al sabor de los quesos.

Cómo guardar el queso correctamente. / Pixabay

Los quesos frescos, como el queso feta o el queso crema, necesitan refrigerarse en una zona más fría para evitar que se estropeen, pero los quesos duros y semiduros, como el cheddar o el manchego, se benefician de una temperatura moderada que no los endurezca en exceso.

Diferentes tipos de queso, diferentes cuidados

Cada tipo de queso tiene sus propias necesidades de almacenamiento. Por ejemplo, los quesos blandos, como el brie o el camembert, necesitan más ventilación que los quesos duros, ya que son más propensos a la acumulación de humedad. Para estos quesos, el papel encerado es ideal, pero también se recomienda dejarlos respirar unos minutos fuera de la nevera antes de consumirlos para que desarrollen todo su sabor.

En cuanto a los quesos curados o añejos, como el parmesano, es fundamental evitar que se sequen demasiado. Aunque estos quesos tienen una mayor vida útil, pueden perder su calidad si no se almacenan correctamente. Un truco útil para conservar el queso parmesano o similares es guardarlo envuelto en papel encerado dentro de un recipiente hermético, lo que evita tanto la pérdida de humedad como la formación de moho.

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