Enrique Ponce acaba de celebrar, con una emotiva corrida en Navas de San Juan, el 30 aniversario de su debut en los ruedos. La localidad jienense, de la que es hijo adoptivo, ha sido el lugar elegido por el diestro para conmemorar esta fecha tan redonda en su carrera, puesto que es raro que un torero esté en activo nada más y nada menos que treinta años. Pese a que la expectación era máxima por la posible presencia de Ana Soria en la plaza por primera vez para apoyar a su novio, la joven ha decidido no acudir para no eclipar esta faena tan especial para el de Chiva.

Sin embargo, y pese a las críticas que Ponce recibió el día anterior en Osuna por los partidarios de Paloma Cuevas - de la que todos destacan que es una señora con mayúsculas - el diestro está completamente enamorado de Ana Soria y no duda en gritar a los cuatro vientos su amor por la almeriense. Ajeno a los que afirman que está más centrado en su noviazgo que en la importante temporada taurina que acaba de comenzar después de unos meses complicados por el coronavirus, el valenciano ha vuelto a decir, sin palabras, lo feliz que es al lado de la joven estudiante.

Y es que si el sábado, en Osuna, Ponce sorprendió a propios y extraños escribiendo una A - inicial de su nueva pareja - en el albero en vez de la tradicional cruz que realizan todos los toreros antes de comenzar una faena, el domingo en Navas de San Juan repitió este ritual. Durante su matrimonio de veinticuatro años con Paloma Cuevas, nunca escribió una P en la arena, pero parece que su noviazgo con Ana Soria ha puesto su mundo patas arriba, y tan feliz es con la joven que no quiere ocultarlo más. El diestro ha decidido disfrutar de su relación sin esconderse y, pese a que su novia todavía no ha ido a apoyarle a la plaza, Ponce la tiene de lo más presente y, orgulloso, le dedica sus faenas con esta original dedicatoria en forma de letra.