El morbo estaba servido, pero los que esperasen que la tensión se cortara con cuchillos, frialdad o cuanto menos miradas incómodas salieron decepcionados. La expectación estaba por las nubes en la primera comunión de Bianca, la segunda hija del ya exmatrimonio de Paloma Cuevas y Enrique Ponce. Hacía mucho tiempo que la expareja, ya divorciada, no se veía las caras en un acto público, aunque Cuevas permitía al torero valenciano ver a sus dos hijas siempre que él quisiera, a pesar de vivir a distancia.

Durante la ceremonia, Ponce y Paloma Cuevas se sentaron juntos y tuvieron buen rollo, arropando a sus dos hijas, especialmente a Bianca en el día de la primera comunión. Ellas viven en Madrid y él vive en Almería junto a su novia Ana Soria. El acto se celebró este fin de semana en la finca Cetrina, la finca familiar que se encuentra a la venta y está situada en Navas de San Juan (Jaén).

La ceremonia fue familiar e íntima, sin muchos invitados, menos de cien personas en una finca de casi 1000 hectáreas. Bianca estuvo acompañada por sus amigos, acompañados sus padres y, a pesar de que no hubo restricciones para el uso del teléfono móvil, los propios invitados se olvidaron de él para disfrutar por completo de la fiesta.

Las ausencias fueron más notorias que las presenciasAna Soria, actual novia del torero, no asistió a Cetrina.

Tampoco fueron los padres del torero porque su madre va a ser operada en un hospital valenciano los próximos días debido a una lesión del brazo.

Paloma Cuevas estuvo acompañada de su hermana Verónica y sus padres, Victoriano Valencia y Paloma Díaz. Entre los invitados, César Cadaval y su mujer, Remedios Cervantes, Naty Abascal, Fiona Ferrer, Gema Ruiz; Marian Camino, Luis Alfonso de Borbón con su mujer, Patricia Rodríguez, Nieves Álvarez, Margarita Vargas.