La dura enfermedad que alejó a Esther Cañadas de las pasarelas: "Suficiente tenía con no morirme"

La modelo alicantina, que fue durante casi dos décadas una top internacional, habló anoche en el programa de La 2 "Las Tres Puertas" sobre sus años más difíciles

Esther Cañadas en el plató de "Las Tres Puertas"

Esther Cañadas en el plató de "Las Tres Puertas" / CROPPER

Javier Corazón

Javier Corazón

Saboreó durante los años 90 y 2000 las mieles de la fama internacional. Fue una de las top models más cotizadas del mundo. La vida le sonreía. Hasta que un problema de salud truncó todos sus sueños y condicionó toda su existencia. La alicantina Esther Cañadas, que tiene ahora 45 años, fue entrevistada anoche en el programa "Las Tres Puertas" que conduce María Casado en La 2 de TVE, donde habló sobre la dura enfermedad que la obligó a dejar en suspenso su carrera profesional, pero también afectó igualmente a su vida personal.

"Llega un punto en que no has parado y hay demasiadas cosas sucediendo", explicó en alusión a la dolencia que durante años le provocó dolores terribles para los que no hallaba solución. 

"Llega un momento en que te levantas y piensas: '¿Esta es mi vida? ¿De verdad es ir al médico, ir al hospital, tener efectos de todo tipo en el cuerpo…?’. Y cuando te dicen que sí, que es crónico... Es complicado", recordó antes de añadir que "esos años no los cuento, suficiente tenía con no morirme".

Acudió a más de medio centenar de especialistas en busca de una solución que al menos lograra paliar su sufrimiento físico: "Me fui a Hong Kong a hacer medicina china, fui a meditar con monjes a Tailandia, estuve en México... todo lo que se te ocurra", señaló la modelo.

Vasculitis, una enfermedad con dolores horribles

La alicantina padece vasculitis, una enfermedad inmunológica, aunque apuntó que el nivel de estrés que llevaba pudo provocar que se le desarrollara, si bien "te la puede disparar un montón de cosas". Esta dolencia hace que los vasos sanguíneos se inflamen, restringiendo así e incluso cortando el flujo sanguíneo a órganos y tejidos en algunas ocasiones.

Al actor Ashton Kutcher, que también la sufrió, le afectó gravemente a la visión, la audición y al sentido del equilibrio hasta el punto de temer su pérdida total.

También recordó cómo fueron sus inicios en el mundo de la moda, en los que, reveló que "a mí las puertas se me cerraban todas". Antes de alcanzar el estrellato, "pasé mucho tiempo comiendo arroz blanco, muchos años sentada en la cocina, mirando facturas y diciendo ‘¿qué hago aquí’?”, aseguró.

Aunque siempre ha sido muy reservada respecto a su vida privada, la modelo habló de su hija Galia, que tiene 8 años y de la que se siente muy orgullosa y que ha sido el motivo por el que ha regresado a vivir en España. "Aprendo de mi hija todos los días, es muy, muy especial, y tiene una sensibilidad…", contó ante las cámaras de la cadena pública.

"Yo hubiera tenido 10 hijos"

La alicantina sorprendió al afirmar durante la entrevista que por ella habría tenido unos 10 hijos: "me encantan los niños, tengo un instinto maternal enorme". No obstante, Galia le ha dado toda la felicidad porque "tengo una hija que es como si me hubiera tocado la lotería". "Es un regalo del cielo, de verdad", decía con una sonrisa dibujada en su rostro y los ojos iluminados.

En la que ha sido una de las pocas entrevistas que ha concedido en los últimos años, Cañadas comentó también que su vuelta a España obedece sobre todo a que "lo importante es que mi hija tenga las raíces españolas, y se hace todo por los hijos”.

"Ahora vivo de otra manera, al día"

Sobre su retorno a las pasarelas indicó que se produjo con Balmain en París y "fue un sueño. Yo le conocía de cuando trabajaba en Milán, es gente que ha crecido en el mundo de la moda y que ahora son los más importantes y tienen otro punto de vista muy fresco de las cosas que se hacían antes".

La maniquí valoró que en el mundo de la moda ahora "hay mucha más inclusión, más aceptación", al tiempo que su ritmo de trabajo actual no es comparable al de cuando estaba en la cresta de la ola. "Ahora vivo de otra manera, al día. Un martes puede ser mi día sagrado", concluyó.