La vida sexual en el mundo animal resulta en algunos casos de lo más curiosa, e incluso repugnante. En biología, el apareamiento se conoce como el acto de copulación entre dos seres vivos. Las técnicas utilizadas son innumerables, y desde la perspectiva del ser humano muchas son repulsivas, aunque para quienes las practican resultan de lo más natural.

A continuación os mostramos varios rituales de apareamiento animal para deleite de aquellos que gustan de las experiencias más bizarras.

Jirafa

El cortejo comienza con la jirafa macho golpeando con su cabeza la parte posterior de la hembra, hasta que esta termina orinando. Entonces el macho probará su orina para decidir si será el ejemplar con el que quiere procrear.

Pulpo

Esta especie sacrifica parte de su cuerpo en el apareamiento. El tercer brazo derecho del pulpo macho es en realidad un pene llamado hectocotylus. El macho se desprende de este órgano reproductor a la hora del coito. Afortundamente para él, el hectocotylus vuelve a crecer para posteriores coitos.

Babosa banano

Este tipo de babosa es hermafrodita, aún así debe buscar una pareja más o menos del mismo tamaño para reproducirse. Si calcula mal, su enorme pene quedará atrapado y la otra babosa se lo arrancará a mordiscos para liberarse. Sin pene, esta babosa pasará a ser solo hembra.

Escorpión

El método de apareamiento de esta especie resulta muy violento. Macho y hembra inician una danza en la que se tantean y se atacan con sus aguijones. Una vez completado el acto sexual, si el macho no logra escapar será devorado por su pareja de baile.

Langosta

Las langostas se desnudan literalmente para copular. Macho y hembra salen de su caparazón para iniciar la reproducción y luego regresan al mismo. Al carecer de sistema nervioso central, no sienten ningún placer durante la cópula.

Tenia

Estos parásitos son hermafroditas. Cuando dos machos se encuentran se lían a golpes con su pene. El perdedor se convertirá en una hembra lista para reproducirse.

Puercoespín

Este mamífero emplea la orina como método de seducción. El macho lanza un chorro de orina sobre la hembra como forma de proponerle sexo. La hembra puede aceptar y ponerse manos a la obra, o bien rechaza la propuesta lanzándole a su pretendiente una serie de mordiscos.

Hipopótamo

El hipopótamo no es un animal especialmente limpio, y en el sexo tampoco lo es. Cuando llega la hora del apareamiento, el macho se sube en una montaña de estiércol y con la cola comienza a esparcirlo por todos lados. La hembra que reciba el 'regalo' será la afortunada.

Pez pescador

Una de las formas más extremas de reproducción es la del pez pescador. Para perpetuar la especie, el macho debe sacrificarse cruelmente. Cuando este encuentra una hembra, la muerde para liberar una enzima que permite que los dos cuerpos se unan. En el proceso de cópula, el macho se va desintegrando poco a poco hasta que solo quedan sus testículos, que siguen produciendo esperma para que la hembra lo use para fecundar los huevos.

Lagartija cola de látigo

En el mundo de la lagartija cola de látigo no existen los machos. Como no pueden tener sexo, las lagartijas se estimulan adoptando una de ellas el rol de macho. Una monta a la otra y se fertilizan a partir de la secreción de células germinales. Una vez fecundadas, producen copias de sí mismas, es decir, clones.