Si tu gato no para quieto ni un instante, muerde, araña, destroza las cortinas con sus garras, tira objetos, o hace jirones los cojines, es que tiene un problema de hiperactividad. Pero no debes preocuparte, porque este exceso de energía de tu mascota se puede corregir siguiendo unas pautas sencillas. Los gatos que son separados muy pronto de su madre, antes de las 12 semanas, suelen estar más predispuestos a ser gatos hiperactivos si no reciben una atención adecuada a nivel afectivo y emocional.

En cualquier caso, cuando tenemos un gato pequeño hay que mantenerle ocupado, darle mucho cariño y jugar con él para establecer ese vínculo emocional que ha perdido con su madre al ser separado tan pronto de ella.

La hiperactividad también depende de la raza del felino. Así, el siamés o el oriental suelen ser más movidos que el resto, sin que esto resulte ser necesariamente una patología. Por eso es clave ser pacientes y darles muchos mimos.

Consejos para calmar a un gato hiperactivo

  1. Insistimos en la necesidad de darle cariño. Póntelo encima de las rodillas, acaríciale y darle masajes para que se sienta relajado y querido.
  2. Durante el día tenle ocupado. Siempre que sea posible juega con él para que esté cansado y duerma por las noches. Es recomendable hacerlo a última de la tarde.

Las caricias son fundamentales para calmar a un gato hiperactivo.

Si aun así no para de maullar por las noches, recuerda que el gato es un animal nocturno que exterioriza su energía cuando llega la noche, un truco es poner música suave muy bajita para que se sienta acompañado.

Los destrozos que puede causar un gato hiperactivo cuando estamos fuera de casa se pueden evitar habilitando un espacio exclusivamente para él, siempre que sea posible, con comida, agua y juguetes para que se entretenga. Es otra forma de calmar la hiperactividad de los gatos.

Los juegos durante el día ayudan a que los gastos estén cansados y duerman por las noches.

Por otro lado, cabe recordar también que los parásitos, como las lombrices, son causa de hiperactividad. Conviene por tanto consultar al veterinario para que certifique que está limpio de parásitos y si está afectado, que nos recete el tratamiento correspondiente.

Finalmente, señalar que el celo en las hembras también es causa de comportamientos nerviosos. En este caso, consulta con tu veterinario para que te aconseje sobre cuál es el mejor tratamiento.