AVES RAPACES

Amenaza para tus mascotas: canarios y periquitos decapitados o solo restos de plumas en la jaula...

Poner las jaulas en los balcones o las terrazas sin protección expone a nuestros pájaros al ataque de aves rapaces como el cernícalo

Un cernícalo atacando a un canario en su jaula

Un cernícalo atacando a un canario en su jaula

Ágata Candela Millán

Ágata Candela Millán

"Chicos, mucho cuidado, esta mañana en Carolinas he sacado a mi canario a que le diera el aire en su jaula y esto es lo que ha quedado". Este mensaje publicado en el grupo de Facebook "Tú no eres alicantin@ si no..." iba acompañado de una fotografía en la que se ven unas pocas plumas.

Los comentarios en esa publicación revelan que no es un caso aislado. Tampoco es algo nuevo. Canarios, jilguerosperiquitos y agapornis son víctimas habituales de los cernícalos y otras aves rapaces que ven en las jaulas de nuestras mascotas unas presas fáciles si éstas no están protegidas con unas mallas metálicas con cuadraditos de 3 o 4 milímetros como máximo para así evitar que las garras de las aves atacantes puedan alcanzar a los pájaros".

Mallas en el balcón o la terraza

Para no "aprisionar" más a las mascotas, es aconsejable instalar estas mallas en el balcón o la terraza donde se quiera sacar la jaula. De este modo los nuestros pájaros se asustarán menos con los intentos de los depredadores y aves rapaces por convertirlos en su comida.

Además de por parte del cernícalo (Falco tinnunculus) en la provincia de Alicante también se producen ataques de urracas e incluso por la noche de mochuelos o lechuzas. A veces las presas como periquitos o canarios aparecen decapitadas o acaban muy malheridas, cuando no son atrapadas y de ellas solamente queda un rastro de plumas.

El modus operandi de estas aves rapaces es sencillo: se posan sobre la jaula, meten las garras entre los barrotes y agitan sus alas. La presa revolotea nerviosa por el interior hasta que resulta atrapado por las garras del agresor, que lo despedaza con su pico.

Otra opción es colocar un muñeco o figura de búho u otra ave rapaz en el balcón o la terraza para disuadir a los atacantes.