Es probable que la palabra “equidna” o “taquiglósido” te suene extraña, se trata de la única familia los Tachyglossa, especie animal donde ubicamos a los actuales equidnas y los animales extintos de donde provienen. Se trata de un mamífero que habita en las islas de Nueva Guinea, Salawati, Australia y Tasmania y muy probablemente parecerá en tu navegador si inicias la búsqueda del “animal más raro del mundo. Su dieta a base de insectos (principalmente hormigas y termitas) ha hecho que lo bautizaran también como “hormigueros espinosos” debido a su apariencia de erizo, ya que están cubiertos con largas púas que sobresalen de su pelaje.

En apariencia son similares a los erizos, sí, pero tienen varias cualidades que los hacen mucho más raros: no solo son prácticamente “imposibles” de encontrar, sino que también son los únicos mamíferos, junto a los ornitorrincos, que ponen huevos.

Por otro lado tiene una característica por la que se asemeja más a los reptiles, a pesar de su apariencia, y es que el equidna tiene un pene de cuatro cabezas, aunque no todas funcionan a la vez, sino que van rotando. Este extraño pene no es propia de los mamíferos y ni siquiera se parece al del ornitorrinco, que tiene forma de gancho. Las hembras, además de poner huevos, desarrollan un marsupio temporal mientras están incubando y lactando donde cuidarán de sus pequeños.

El tamaño del equidna ronda los 35 y 45 centímetros de largo, con una cola de 10 centímetros y pesan entre los 2 y los 7 kilos, dependiendo de la edad y el sexo (las hembras suelen ser más pequeñas).

Los equidnas salen de noche: durante el día suelen esconderse, lo que hace aún más difícil poder captarlos. Esta faceta, junto a sus múltiples y curiosas cualidades biológicas, ha hecho del equidna un animal de estudio desde que en el siglo XVIII George Shaw, conservador del Museo Británico, proporcionara y reflejara su primera descripción científica.

Un nombre mitológico

Los equidnas deben su nombre a la ninfa de la mitología de la Grecia Clásica: se trata de la madre de todos los monstruos legendarios. Lo que puede darnos una idea de la extrañeza de los primeros estudiosos cuando realizaron registros de este animal.

Equidna es, en los mitos, madre de Tifón y otros monstruos griegos. Su cuerpo, como los grifos y otros seres mitológicos, era mezcla de serpiente y de mujer.