Si eres amante de las aves, seguro que conoces a esta especie de pájaros y ya te habrás enamorado de ella. El agapornis, también conocidos como "inseparables", son originarios de África. Una de sus características principales es su cola corta y pueden llegar a medir hasta 16 centímetros. Su apariencia es la de pequeños loros simpáticos y sociables, con un plumaje muy colorido.

De hecho, esta sociabilidad es otra de sus peculiaridades, ya que les lleva a buscar una pareja de por vida, por lo que reciben el nombre de "inseparables". Es muy curioso ver como se arreglan las plumas, juegan y se acurrucan juntos por lo que siempre los verás en pareja y son una opción ideal como mascota por su carácter.

Los agapornis suelen vivir entre 10 y 15 años si el entornos y las condiciones son las adecuadas, por lo que hay que tener en cuenta las enfermedades y los ataques de depredadores y aves rapaces como el cernícalo.

Si quieres adoptar un agapornis como mascota, es importante tener en cuenta que sean un agapornis macho y una hembra de la misma especie (por ejemplo, agapornis roseicollis, fischeri o personata) o dos machos.

¿Qué comen los agapornis?

El alimento de los agapornis debe ser variado y completo, con una ración seca de pienso y semillas y otra húmeda, como fruta y verdura. Hay que tener cuidado con las mixturas de semillas y la cantidad de pipas que contiene, ya que estas son muy grasas y pueden afecta gravemente a su salud, en concreto el hígado, si comen demasiadas.

Los alimentos prohibidos para los agapornis son los aguacates, perejil, leche, patatas, bebidas gaseosas y alcohólicas. Tampoco deben comer chocolate o café. Los agapornis son una especie que tiende a engordar por lo que el alimento sólido no debe superar el 14% de su peso corporal.

¿Cómo cuidar un agapornis?

Para que tus agapornis estén cómodos y tengan espacio suficiente, lo ideal es que su jaula sea grande. Para una pareja, se recomienda que la jaula tenga mínimo 1 metro de largo por medio metro de ancho y fondo, de forma rectangular y que la distancia entre los barrote nunca supere los 1,5 centímetros para evitar que metan la cabeza.

Es conveniente que dispongan de un nido y perchas de ramas naturales, así como cuerdas, juguetes y columpios. Es preferible que dos de las caras de la jaula estén contra la pared, ya que esto les proporciona una sensación de seguridad y evitará las corrientes, y que no reciba luz directa.

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También debes saber que el vuelo libre es imprescindible para estos pájaros. Por eso, debes dejarlos salir a volar una vez al día, asegurándote de evitar cualquier peligro o planta venenosa.