El verano ha acabado y nuestra piel y nuestro pelo empiezan a necesitar una dosis de recuperación. El sol, el agua, el cloro o la sal, son algunos de los principales enemigos de la piel y el cabello en verano. No obstante, no desesperes ya que existen algunos consejos para dejarlos como nuevos.

"Hasta el 80% del envejecimiento de la piel se considera que es por el sol. Es el agente que más influye en el envejecimiento de la piel. Provoca el fotoenvejecimiento así como daños en el pelo, un hecho que suele olvidarse", advierte la doctora Ana María Molina, dermatóloga del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz (Madrid).

La importancia de la hidratación

"Cada vez hay más fotoprotectores que pueden reparar el daño celular, pero es muy leve. El sol también reseca mucho la piel y por eso después del verano se hace tanto hincapié en la hidratación de la piel", subraya la especialista de la Fundación Jiménez Díaz.

A pesar de la creencia popular, Molina rechaza la afirmación de que para una mayor hidratación de la piel sea necesario beber más agua de lo normal. "No hay que beber más agua para hidratar la piel. Por mucha más agua, tu piel no va a estar más hidratada. No hay que beber más agua porque se tenga la piel seca. Para hidratar la piel hay que ponerse cremas y pomadas espesas sobre la piel, creando una película para que no pierdan tanta agua (en verano se evapora más agua de lo normal). Pero por más agua que se beba, la piel no va a estar más hidratada", añade la experta.

En cuanto a los pies, sobre todo más que las manos, Molina subraya que como en verano se emplea más un calzado abierto, al andar se forman callosidades, se vuelve la piel más gruesa, se seca y suele agrietarse, especialmente en la zona de los talones. "Para los pies es conveniente usar hidratantes súper espesas, siendo la vaselina pura el mejor recuperador de pies, en oclusión con algún calcetín o plástico de cocina, junto con algún queratolítico o un exfoliante para poner la piel más fina", subraya.

La doctora Molina considera que el comienzo del nuevo curso y la etapa después del verano es la mejor época para una revisión de lunares, para ver cuál es el estado de la piel y si, por ejemplo, hay alguna peca nueva o mancha que nos llame la atención.

También después de verano cree que es un buen momento para tratar aquellas imperfecciones que han aumentado durante la época estival, ya que la piel se ha dañado más, las manchas se previsiblemente se hayan acentuado. "Muchos tratamientos estéticos como el peeling, o el láser no se pueden hacer en verano, pero si una vez finalizado éste sea un buen momento para aquellos tratamientos estéticos, sobre todo a nivel facial", celebra Molina.

Cuidados en el cabello

En cuanto al daño que se produce en el verano sobre el pelo, fundamentalmente producido por el sol, la dermatóloga explica que éste tiene lugar al dañarse la melanina y la queratina que contiene el cabello.

"Por eso después del verano se decolora el pelo, coge ese color tan claro, porque pierde melanina. Mientras, la estructura del pelo queda dañada y éste nos queda más estropajo. El daño a la melanina es irreversible, se ha aclarado y no hay nada que hacer. Lo que sí puede mejorar es la queratina, gracias a mascarillas nutritivas o con aceites para usar en la zona más dañada (de la mitad hacia final del pelo) por ejemplo", recomienda la doctora Molina.

Fotoprotección previa

Con todo ello, y una vez finalizado el verano, la dermatóloga de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid recomienda no suspender la fotoprotección diaria en la cara a lo largo del año, especialmente las de farmacia ya que, a su juicio, suelen ser productos más avanzados y completos.

Por otro lado, la experta insiste en que el moreno no está de moda y si a alguien le gusta estar moreno una forma saludable de conseguirlo es mediante el uso del autobronceador. "Te da ese color moreno, pero no daña tu piel y es una alternativa muy buena. No protegen del sol, pero tienes ese color dorado que te gusta. Hay que emplear siempre el fotoprotector solar con ellos", subraya.