Se acerca la Navidad y las cenas con familiares, amigos y compañeros de trabajo. Todos queremos estar a punto para esos días y lucir nuestra mejor versión. Cuidar la piel del rostro es un paso fundamental para lucir radiante en las próximas fiestas. Si no tienes ni tiempo ni dinero para ir a un salón de belleza no te preocupes, te vamos a dar unos trucos para hacerte una limpieza facial en casa. Móntate tu propio gabinete de estética casero y consigue unos resultados profesionales con estas recomendaciones.

En primer lugar es muy importante preparar el ambiente para que tu salón o tu cuarto de baño parezca un spa. Calienta la estancia y pon música relajante. Si es el salón, coloca una toalla en el sofá para evitar que alguno de los productos lo ensucie.

Prepara el ambiente adecuado para que tu limpieza de cutis casera sea todo un éxito. pexels

También puedes colocar velas aromáticas. Su tenue luz y su aroma ayudan a la relajación. Una vez tengas el "gabinete" preparado, vamos a pasar a la limpieza de cutis propiamente dicha.

El primer paso es limpiar en profundidad la piel del rostro. Vamos a hacerlo con un baño de vapor casero. Para ello pon agua a hervir en una cazuela y mete una bolsita de manzanilla dentro. Cuando empiece a hervir retira la cazuela del fuego y colócala en la mesa sobre una madera para no dañar la superficie del mueble.

Pon tu rostro sobre la cazuela de forma que reciba el vapor del agua y ponte una toalla por encima. Rápidamente tu piel comenzará a sudar y los poros se abrirán. De esta forma, la piel estará preparada para recibir los siguiente tratamientos de belleza.

El siguiente paso será exfoliar la piel con un exfoliante casero natural. Prepararlo es muy fácil. Solo necesitas aceite de oliva y azúcar. Mezcla tres cucharadas de azúcar y dos de aceite de oliva en un recipiente y extiende la mezcla por el rostro evitando el contorno de ojos.

Consigue resultados espectaculares con una limpieza facial casera. Pixabay

Mantén la mezcla cinco minutos y después aclara con agua tibia y realizando masajes circulares para arrastrar toda la suciedad.

Una vez que ya tenemos la piel limpia y exfoliada es el momento de la hidratación. Vamos a preparar una mascarilla hidratante casera para nutrir en profundidad tu cutis. Vamos a prepararla a base de yogur y miel. Mezcla dos cucharadas de yogur natural con una cucharada de miel hasta obtener una mezcla homogénea. Extiende la mezcla por el rostro evitando el contorno de los ojos y la raíz del pelo y deja que actúe unos 20 minutos. Después retira la mascarilla con agua tibia.

El último paso de nuestra limpieza facial casera consiste en cerrar los poros. Para ello rociaremos el rostro agua de rosas que previamente habremos guardado en la nevera.

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De esta forma, el ritual casero de belleza llegará a su fin y tu piel estará mucho más suave e hidratada con estos trucos de belleza.