La fibromialgia es una enfermedad crónica afecta al 3% de la población general y de forma predominante al género femenino. Sus síntomas son dolor corporal, cansancio, alteraciones del sueño y síntomas neurosensitivos como hormigueos y calambres, así como alteraciones en el estado de ánimo derivadas de las dificultades generadas por la enfermedad.

Fibromialgia

Según explica Antonio Collado, especialista en Reumatología y Coordinador de la Unidad de Fibromialgia del Hospital Clinic de Barcelona, en los últimos años se han producido avances en lo que se refiere a localizar las lesiones implicadas en la fibromialgia en el sistema nociceptivo y las fibras neurológicas del dolor que se distribuyen por todo el organismo, vinculadas en gran medida al aparato músculo-esquelético.

El doctor Collado, coordinador del Comité Científico de la Fundación de Afectados de Fibromialgia y Síndrome de Fatiga Crónica, señala que las pruebas clínicas de radiología de las que se dispone en los centros clínicos no tienen la suficiente potencia para examinar las alteraciones en estas fibras nerviosas a pesar de ser una enfermedad con una prevalencia elevada entre la población.

"Es necesario profundizar en métodos más precisos como la microneurografía de las fibras del dolor, que la investigación nos está ofreciendo, para que su utilidad y aplicación general sea posible en breve", señala el especialista. Hasta el momento, el diagnóstico se realiza mediante la historia clínica y la exploración física del paciente, aplicando los criterios de la Asociación Americana de Reumatología.

"En estas personas se observa un umbral del dolor patológico pero el diagnóstico aún depende en gran medida del aspecto subjetivo que aporta el paciente, por lo que es esencial la identificación de marcadores objetivos que mejoren la evaluación", aclara Collado.

El hecho de que sean los reumatólogos los que se ocupan de la fibromialgia se deriva de que los síntomas de estos pacientes están ligados al sistema músculo-esquelético y se pueden confundir con otras enfermedades reumáticas.

"La fisiopatología es diferente en otras enfermedades reumáticas porque se trata de una alteración neurológica, de ahí la importancia de que cada vez participen más especialistas de este ámbito en la atención a los pacientes", explica Collado.

Las lesiones histopatológicas de la fibromialgia muestran que las fibras nerviosas implicadas en el dolor se ven afectadas y funcionan de forma continua como también sucede en las polineuropatías de fibra pequeña causadas por algunos fármacos utilizados para el cáncer o por la diabetes.

Los factores de riesgo que pueden ayudar a identificar a aquellas personas con fibromialgia en sus estadios iniciales son el sexo femenino, antecedentes de la enfermedad en un familiar de primer grado y los dolores recurrentes que parecen determinar una predisposición al dolor. Cuando un paciente con estos factores de riesgo refiere dolor crónico extenso y persistente, desde atención primaria se debe incluir la fibromialgia entre las posibles causas.

"Sabemos que el sistema nociceptivo de las mujeres presenta un mayor potencial que en los hombres pero desconocemos qué pone en marcha la enfermedad especialmente en la mujer", aclara Collado.

Los fármacos proporcionan una mejora parcial y significativa en algunos casos al actuar sobre el dolor neuropático. Los especialistas emplean dos clases de medicamentos en estos pacientes: los dirigidos a los receptores alfa-2-delta que reducen la transmisión nerviosa del dolor y determinados tipos de antidepresivos que potencian el mecanismo nociceptivo que controla el dolor, que en estos pacientes se encuentra disminuido.

Costes personales, sociales y sanitarios

La enfermedad toma diversos grados de gravedad en los pacientes. El estudio EPIFFAC realizado por la Fundación de Afectados de Fibromialgia y Síndrome de Fatiga Crónica entre los pacientes españoles que acuden a sus centros de salud muestra un elevado impacto de la fibromialgia en la familia y el trabajo.

En una muestra de pacientes de 15 años de evolución, los datos revelan que sólo el 40% de los afectados por fibromialgia continuaban con su actividad laboral tras este tiempo, lo que muestra cómo estas personas van perdiendo capacidades debido a la enfermedad con el paso de los años.

En el caso de la relación familiar, los resultados desvelaron que hasta un 24% de familiares de primer grado, la pareja o un hijo, habían sufrido cambios importantes en sus vidas y actividades debido a la enfermedad de su familiar.

"La fibromialgia se ha convertido en el paradigma del dolor crónico severo de carácter extenso en el que el sufrimiento del paciente ocasiona un importante impacto en su vida laboral, familiar y económica", apunta Collado.

Según señala el doctor, los datos en España indican que los costes sanitarios y las pérdidas económicas asociadas a la fibromialgia oscilan entre los 8.000 y los 10.000 euros por paciente y año. Además, se trata de un trastorno que afecta a la población activa ya que los afectados se encuentran en una franja de edad que va de los 25 a los 55 años.

Por otro lado, se estima que la carga económica para las familias con un miembro afectado por fibromialgia supone una pérdida media económica de 700 euros y unos gastos extras de 230 euros mensuales aproximadamente.

Fibromialgia, fatiga crónica y salud mental

El 70% de los pacientes refiere sentir fatiga en mayor o menor medida y un 30% de los pacientes con fibromialgia padece el síndrome de fatiga crónica. El síndrome de fatiga crónica está también presente en trastornos como la depresión o los trastornos distímicos y rara vez se deriva de problemas endocrinos u otras enfermedades, desafortunadamente en algunos pacientes no es posible detectar la causa.

En cuanto a las alteraciones psicológicas que sufren estos pacientes, también existe una amplia variabilidad. Entre un 30% y un 40% no tiene ninguna psicopatología y en un 30% de los pacientes de fibromialgia se presenta una alteración secundaria como consecuencia de la enfermedad.

Por último, Collado también señala que entre un 18% y un 20% de los pacientes ha sufrido o sufre un episodio de depresión mayor o trastorno de ansiedad después del diagnóstico o previamente a éste.