La investigadora cerebral Maite Mendioroz, especialista en enfermedades neurodegenerativas, cree que la nueva técnica de detección precoz del Alzheimer con un análisis de sangre podría aplicarse en cinco años, con lo que se sabrá si un paciente tendrá la enfermedad décadas antes de que aparezcan los síntomas.

La directora del laboratorio de epigenética-alzhéimer de Navarrabiomed (Pamplona), que ha ofrecido este viernes una conferencia en el marco del Foro Nueva Murcia coincidiendo con la celebración del Día Mundial del Alzheimer, se ha mostrado "optimista" por el gran número de investigaciones en torno a las enfermedades neurodegenerativas que aún no tienen tratamientos curativos.

De ahí la importancia de la detección temprana, ha dicho, que "abrirá una ventana terapéutica, verdaderamente eficaz", aplicando tratamientos antes de que se produzca el daño en el cerebro.

Las investigaciones de su equipo, que se encuentran en una fase intermedia, avanzan en la detección precoz, y consisten en analizar y detectar "fragmentos de ADN cerebral que liberan las neuronas cuando mueren".

Esos fragmentos se trasladan a la sangre y permiten a los investigadores identificar en ellos "marcas características" del alzheimer a través de una prueba sencilla y no invasiva como es un simple análisis de sangre.

Aunque es difícil predecir cuándo se cerrará la investigación y "hay que ser prudentes", según ha dicho, ha confiado en que los resultados podrán aplicarse a la práctica clínica en hospitales y centros sanitarios en unos cinco años.

Mendioroz ha recordado que los síntomas del alzheimer comienzan a aparecer entre los 60 y los 80 años, pero "las características de la enfermedad en el cerebro empiezan tiempo antes, incluso décadas antes de que aparezcan los síntomas".

"Por eso decimos que es una enfermedad silenciosa y lenta. Los cambios del cerebro ocurren muy despacio y cuando llegan a un determinado nivel aparecen los síntomas en los pacientes", ha subrayado, al tiempo que ha reiterado que su investigación trata de descubrir esos síntomas antes de que sean visibles.

Ese diagnóstico temprano es importante porque las nuevas terapias que se están investigando solo son eficaces si se aplican en una etapa muy precoz del alzheimer, ha explicado.

"Ahora los tratamientos que aplicamos, los aplicamos cuando el daño ya está hecho y es muy difícil recuperar el cerebro que ya está dañado", según ha indicado, ya que, a su juicio, a día de hoy las enfermedades neurodegenerativas no tienen tratamientos curativos, sino solo terapias que inciden en el ritmo de desarrollo de las mismas en cada paciente.

Investigaciones

En el campo de los tratamientos, la científica ha destacado las investigaciones que se están llevando a cabo en el desarrollo de fármacos que puedan prevenir el depósito de las proteínas anormales en el cerebro y otros que puedan limpiar esas proteínas, así como las terapias con células madre, cuyo alcance real aún se desconoce.

En cuanto a la prevención de esta dolencia, Mendioroz ha recordado que la enfermedad tiene un claro componente vascular, por lo que la hipertensión, diabetes, hipercolesterolemia, sedentarismo y tabaco son factores que incrementan el riesgo de desarrollarla al afectar a los vasos sanguíneos.

Por eso, la mejor manera de prevenir el alzheimer es "llevar una vida saludable" y "estar activo física y mentalmente", así como tener relaciones sociales, puesto que se ha demostrado que una buena sociabilidad ayuda a reducir el riesgo de esta patología, ha comentado.

Por último, ha considerado que "cada vez se hace un esfuerzo mayor" en la inversión en investigación y tratamientos de esta enfermedad, pero ha apuntado que "es evidente" que aún no es suficiente.