La alopecia o calvicie, la pérdida de pelo temporal o definitivo, constituye un problema estético que muchas personas consideran de primer nivel.

La calvicie no es sinónimo de caída de cabello, según la Asociación Española de Dermatología y Venereología (AEDV), que precisa que el cabello se cae de forma constante pero se renueva. Sucede cuando este ciclo se altera y, o bien no se recupera el cabello perdido, o el que nace es un cabello de menor grosor o tamaño, lo que se denomina miniaturización.

La AEDV indica que la alopecia más frecuente es la androgénica, que se presenta hasta en un 50 por ciento de los hombres a los 50 años de edad. En el caso de las mujeres, la cifra se sitúa entre un 5 y un 10 por ciento de las mujeres.

Los factores responsables son la herencia y una acción androgénica sobre los folículos pilosos. "La 5 alfa-reductasa es la inductora del paso de testosterona a dihidrotestosterona en la papila dérmica folicular siendo este último andrógeno el responsable directo de la miniaturización del pelo", indican desde la asociación.

En este contexto, muchas personas se decantan por destinos atractivos económicamente para realizarse un microinjerto capilar, pero antes de tomar esta decisión hay que conocer los principales aspectos para que la intervención sea un éxito.

El director médico de MC360, Pablo Naranjo, subraya que hay que contar con un análisis personalizado, seguir un tratamiento y buscar profesionalidad, entre otros consejos:

- Contar con un análisis personalizado del paciente: Antes de empezar el proceso es necesario hacer un estudio de la situación capilar del paciente 'in situ', no únicamente a través del diagnóstico vía fotográfica.

Es preciso hacer analíticas, una evaluación del número total de cabellos del paciente y de las unidades foliculares que pueden tener entre uno y cuatro pelos, del grosor del mismo y, a su vez, se debe medir la calidad del riego sanguíneo para determinar las áreas de la zona que se quiere recuperar. Este estudio es "imprescindible", según Naranjo.

La razón es que todo el mundo no es apto para realizarse este tipo de cirugía. La Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética (SECPRE) apunta que el criterio de selección más importante es que el paciente tenga buena zona donante, es decir, que cuente con una adecuada reserva de pelos de donde extraer.

Lo más recomendable es que esta operación se realice a personas de entre 30 y 40 años para que se pueda empezar a prever la evolución futura de la alopecia, agrega SECPRE, que puntualiza que si se lleva a cabo en pacientes más jóvenes, posiblemente tengan que someterse a una nueva sesión de injerto capilar en el futuro porque seguirán perdiendo el cabello por acción hormonal.

- Seguimiento del tratamiento. Una vez realizada la intervención, hay que hacer un seguimiento de la evolución del trasplante. Es lo que se denomina post-estudio y permite conocer el progreso de la operación y los resultados obtenidos.

- Buscar profesionalidad. En España, las clínicas están supervisadas por el Ministerio de Sanidad, lo que garantiza al cliente que las condiciones higiénicas son óptimas, además de que es obligatorio tener las licencias requeridas en orden.

"Muchas clínicas destacan por su equipo médico y la profesionalidad del mismo que cuenta con acreditaciones, experiencia y especialización en esta materia. Conocer sus perfiles genera tranquilidad y ofrece fiabilidad al paciente", ha explicado Naranjo.

- Evaluar la cercanía. España ofrece ventajas en cuanto a la cercanía y la disponibilidad para realizar la intervención, además de que los tiempos se reducen al no tener que salir a otro país.

Además, no todo el mundo está dispuesto a hacer un viaje a otro continente para realizarse una intervención quirúrgica y lo que ello supone, como estar fuera del país de origen si la cirugía se complica, faltar al trabajo durante los días de viaje y estancia allí y abandonar asuntos personales por un determinado período de tiempo.

- Poder expresar las necesidades en el idioma materno. Es "importante", dice Naranjo, no sólo entender en todo momento las condiciones de la intervención y la evolución de la misma, sino también poder expresar las necesidades o sensaciones al equipo médico durante todo el proceso. Para muchos pacientes, que la intervención se practique en otro idioma genera cierta inseguridad y miedo.

- Valorar la tecnología. La innovación y la tecnología son una máxima dentro del sector capilar. Contar con los últimos avances para conseguir que la experiencia del paciente sea lo más sencilla y placentera posible es un factor a tener en cuenta a la hora de tomar la decisión de realizar un microinjerto capilar.

- Presupuesto "trasparente". Una vez analizada la situación de cada paciente, contar con un presupuesto cerrado de todo el tratamiento es necesario. Asimismo, hay que saber cuál es el número de unidades foliculares a injertar y qué aspectos están incluidos en el mismo.

- Comprobar el resultado. "Hay que ser trasparentes y explicar al paciente cómo es su caso y qué resultados se van a conseguir, así como mostrar tras la operación exactamente el número de unidades foliculares que se han implantado", ha concluido Naranjo.