La sociedad occidental se ha convertido en una sociedad de 24 horas que trasmite a su población la idea de que se debe dormir lo justo pues el tiempo hay que “aprovecharlo!” con otras actividades olvidando que el sueño adecuado en cantidad y calidad es esencial para el buen desarrollo del ser humano, el control del humor y la eficiencia escolar, laboral y conductual. Máxime si tenemos en cuenta que el sueño es la actividad a la que el cerebro dedica más tiempo los primeros años de vida coincidiendo con la etapa del desarrollo y maduración de importantes áreas del organismo como el área del cortex prefrontal donde radican las funciones ejecutivas.

En base a esto, ¿qué ocurre cuándo los niños no duermen lo suficiente? ¿Cómo les afecta? El sueño y su regulación es una de las conductas de adaptación que más precozmente se desarrollan en la infancia e implica enormes cambios en el desarrollo estructural, bioquímico y cognitivo del niño. Sin embargo, “el 27% de los niños de 5 a 12 años tiene problemas para irse a dormir, lo que provoca que presenten dificultades para atender a las clases, sobre todo las de primera hora de la mañana”, afirma el doctor Gonzálo Pin, jefe del Servicio de Pediatría y de la Unidad del Sueño del Hospital Quirónsalud Valencia.

Concretamente, en una encuesta realizada por especialistas de este hospital en la Comunidad Valenciana, menos del 50% de los niños de 6 a 12 meses de edad se duermen de manera autónoma y un 27% tiene problemas a la hora de irse a la cama. “Hay que tener en cuenta que la forma en la que dormimos los primeros ocho años va a condicionar el resto de nuestra vida”, señala el doctor Pin.

Como indican los expertos, las causas de esta alta incidencia pueden ser varias y diversas teniendo en cuenta que el sueño es una realidad bio-psico-social y los tres componentes juegan un papel diverso en su desarrollo.

¿Por qué se produce la falta el sueño en niños?

El origen del déficit crónico de sueño en los niños es múltiple pero tanto los horarios como determinados estilos educativos lo favorecen. Como explica el doctor Pin, “el horario de los niños está ajustado, la mayoría de las veces, al de los adultos y no al revés. Esto genera que los pequeños empiecen tarde el proceso inicial del sueño aunque luego han de madrugar porque las clases comienzan pronto, lo que les genera un déficit de descanso”.

A esto, además, habría que añadirle el uso de las nuevas tecnologías a última hora del día, “ya que la luz de estos aparatos provoca una activación cerebral que impide al niño dar comienzo a la fase del sueño”.

Cómo afecta la falta de sueño a los niños

El déficit de sueño y un sueño de mala calidad afecta a cada uno de los aspectos del desarrollo del niño y el adolescente. Desde una disminución de sus funciones cognitivas (inatención, problemas de concentración), hasta el sistema inmune, el área cardiovascular y diferentes sistemas metabólicos, además de alteraciones del rendimiento escolar.

De igual forma se han demostrado dificultades en el control emocional y de impulsos así como una mayor incidencia de problemas conductuales y alteraciones psicológicas. “De hecho se ha visto que incrementando la oportunidad de dormir se reduce la agresividad en las aulas, tal y como hemos demostrado en el estudio que el Hospital Quirónsalud Valencia lleva realizando desde hace unos años”, explica el doctor Pin.

Especial interés tiene la estrecha relación bidireccional encontrada entre el déficit de sueño y las alteraciones del sueño con el desarrollo, mantenimiento y resistencia al tratamiento de la obesidad-sobrepeso pediátrica. Así mismo, las alteraciones del sueño tienen especial incidencia y consecuencias en status socioeconómicos deprimidos.

“Es, pues, necesario que los profesionales de la salud se impliquen en la educación, investigación y tratamiento de los problemas y dificultades con el sueño. El buen dormir, tanto desde el punto de vista cualitativo como cuantitativo, es un derecho de salud pública de cada uno de los niños”, incide el especialista.

Consejos para mejorar el rendimiento escolar

Con motivo del Día Mundial del Sueño, el doctor Gonzálo Pin hace especial énfasis en la importancia de una una buena calidad de sueño a los menores, y para ello aconseja que los padres se conciencien de su importancia, dedicándole tiempo al reposo, procurando que los horarios sean regulares y evitando el uso de las nuevas tecnologías una hora u hora y media antes de irse a dormir.

En cuanto al ámbito escolar, el estudio europeo Sleep Habits in Student’s Performance sobre hábitos del sueño en el rendimiento escolar, liderado por el doctor Gonzalo Pin, evidencia que impartir asignaturas lúdicas que no requieran concentración a primera hora de la mañana o eliminar los exámenes los lunes ayuda a los alumnos a mejorar su rendimiento escolar.

Como explica el doctor Pin, “gracias a este estudio podemos afirmar que unos buenos hábitos de sueño y su optimización en cuanto a cantidad de descanso y momento del mismo favorece un mejor rendimiento escolar y colabora en una menor agresividad dentro de las aulas.”

El especialista insta a la comunidad educativa a instaurar actividades tan sencillas como una entrada con música suave, clases iluminadas y ventiladas o acciones tan básicas como colocar a los alumnos que más se despistan al lado de la ventana para prevenir el fracaso escolar.

“Establecer en la vida familiar pautas saludables como ir andando al colegio, cenar en familia, leer antes de acostarse o no utilizar tecnología a partir de las 19.00 horas, también resultan clave a la hora de maximizar el rendimiento escolar de los niños”, concluye el especialista.