La sordera súbita podría ser una complicación excepcional de la COVID debido al daño que el virus puede ocasionar sobre el nervio auditivo, según las conclusiones de una revisión de casos realizada por la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC).

En víspera del Día Mundial del Cuidado del Oído y la Audición, la SEORL-CCC ha puesto en marcha un estudio retrospectivo y prospectivo para registrar los casos de sordera súbita relacionados con el virus SARS-CoV-2 detectados en España en 2020 y 2021.

La propuesta de esta sociedad médica, en la que participan hasta 70 hospitales españoles, es que a toda persona que entre en urgencias con una hipoacusia súbita se haga una PCR para descartar que tenga asociación con el virus SARS-CoV-2.

Hasta el momento, según esta sociedad, se han localizado 12 casos de sordera súbita en pacientes con covid en todo el mundo, aunque se desconoce si la incidencia podría ser mucho mayor. La mitad de los casos eran mujeres y no se ha encontrado relación entre la aparición de la sordera súbita y la gravedad de la covid-19.

La presidenta de la Comisión de Audiología de la SEORL-CCC, María José Lavilla, que ha participado en la revisión bibliográfica, ha explicado que el virus SARS-CoV-2 puede afectar a múltiples órganos, incluyendo el sistema nervioso central y periférico e inducir daño auditivo y afectar a la función microcirculatoria.

Además, ha dicho, "puede invadir el nervio coclear, causando una neuritis o afectar a los tejidos blandos de la cóclea causando cocleitis".

Por otro lado, la infección por el SARS-CoV-2 se ha asociado con complicaciones trombóticas, tanto arteriales como venosas que podrían contribuir al desarrollo de hipoacusia neurosensorial en algunos casos, ha informado.

Aunque en la mayoría de los casos la causa de la sordera súbita es desconocida, se sabe puede estar originada por una infección viral, oclusión vascular o mecanismos inmunológico, ha explicado Lavilla.

Según esta especialista, "su consecuencia más evidente es el deterioro auditivo que puede ser persistente, pudiendo asociarse a tinnitus y vértigo, afectando a la calidad de vida de algunos pacientes de forma muy negativa".

Este estudio se ha iniciado en los servicios de otorrinolaringología del Hospital Universitario de Fuenlabrada (Madrid), Clínico Universitario Lozano Blesa (Zaragoza), Marqués de Valdecilla (Santander) y Hospital Universitario de A Coruña aunque en la actualidad participan hasta 70 hospitales españoles.