El retraso de los diagnósticos de cáncer de colon por la pandemia aumentó un 12% las muertes en Europa por esta dolencia, según un informe publicado por la Universidad de Bolonia (Italia). El COVID-19 provocó la suspensión de procesos de detección, como el cribado y la colonoscopia, lo que ha llevado a diagnósticos más tardíos, y, en consecuencia, peores para la supervivencia a esta enfermedad.
Según la Red Española de Registros de Cáncer, el de colon y recto es el cáncer más frecuentemente diagnosticado en nuestro país durante 2020, con una cifra que alcanza los 44.231 nuevos casos (un 9,2% del total de los cánceres diagnosticados). Ocupa el segundo puesto en cuanto a mortalidad nacional. Hoy, día 31, se celebra el Día Mundial contra el Cáncer de Colon, una fecha en la que especialistas e instituciones insisten en la necesidad de un diagnóstico precoz.
"Se han dejado de hacer cribados, colonoscopias y, por tanto, los casos que se han diagnosticado son más tardíos"
“De ser diagnosticada de manera temprana y tras un tratamiento adecuado y exitoso, la superación puede alcanzar el 90% una vez pasados 5 años”, destaca el doctor Eduardo Díaz-Rubio, presidente de la Real Academia Nacional de Medicina Española. Subraya que “tanto la prueba de hemorragias ocultas como la colonoscopia son fundamentales. Se han dejado de hacer cribados, colonoscopias y, por tanto, los casos que se han diagnosticado son más tardíos, generando una pérdida de oportunidad”, agrega.
Además de la actual crisis sanitaria, que desanima a muchos a acudir al médico o al hospital, Emilia Quintana, vocal de la organización EuropaColon España y antigua paciente, señala otro obstáculo para el diagnóstico precoz: “Además del miedo, existe un pudor generalizado por la zona donde se encuentra y, más agudizado si cabe, en el caso de los hombres, ya que las mujeres estamos más acostumbradas a este tipo de pruebas debido a las mamografías de cribado”, apunta.
Los principales factores que aumentan el riesgo de padecer cáncer colorrectal, que determinan las recomendaciones de detección precoz, son la edad (mayor riesgo a partir de los 50 años), los antecedentes familiares (si lo ha tenido un hermano, y si los familiares afectados son varios y jóvenes) y también haber padecido ciertos tipos de tumor u otras patologías digestivas, como la colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn, según señala la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD).
A través de la Fundación Merck Salud, Emilia Quintana recuerda que existen factores como la obesidad, la diabetes, el consumo de tabaco, el consumo excesivo de alcohol y de carne procesada y el sedentarismo, que son potencialmente modificables. De ahí que “muchos pacientes sientan culpa por padecer esta enfermedad”, explica la vocal de EuropaColon España.
Por ello, médicos oncológicos y especialistas en este campo recomiendan definir una “dieta protectora” que incluya verduras y hortalizas en abundancia, especialmente una cantidad adecuada de ácido fólico, presente sobre todo en hortalizas (col, espinacas, grelos, lechuga, tomate, brócoli, espárrago verde...), legumbres (sobre todo, habas, judías pintas y blancas, soja y garbanzos) y cereales (pipas de girasol, harina de trigo integral, salvado de trigo...), así como huevos, leche y sardinas. En especial, una ingesta calórica limitada ayuda a la prevención. “Nada diferente a una dieta y a un modo de vida cardiosaludable”, afirma el doctor Díaz-Rubio.
