“Cirugía de cataratas” es una expresión que escuchamos en personas de más de 60 años. Se producen por la pérdida de transparencia del cristalino del ojo a consecuencia del envejecimiento, pero con una intervención de 15 minutos es posible recuperar la visión.

La cirugía de cataratas es el final de un proceso para recuperar la visión. Y conviene hablar de ella en el Día Mundial de la Visión, ya que las cataratas son la principal causa de discapacidad visual en el mundo.

El cristalino es la lente natural del ojo. A través de esa lente, pasan los rayos de luz que forman las imágenes al llegar a la retina. Con el cristalino enfocamos cuando dirigimos nuestra mirada ya sea a corta, media o larga distancia. En consecuencia, si ese cristalino pierde transparencia, cada vez, vemos peor. Y comienzan los problemas visuales.

En ocasiones, tardamos en percibir los efectos de las cataratas porque avanzan gradualmente. No obstante, existen algunos síntomas compatibles con las cataratas, como los problemas para leer letras pequeñas, la visión borrosa, la visión doble, notar que nuestra visión empeora en días muy soleados o la sensación de sufrir deslumbramientos cuando, por ejemplo, vamos en el vehículo, así como la dificultad visual que comienza a suponer conducir de noche.

Cuando esa pérdida gradual de visión se va agudizando, perdemos seguridad y notamos que ya no somos capaces de realizar tareas que antes nos resultaban sencillas. Nuestra autonomía y nuestros ojos se resienten. Pero hay sitio para la esperanza porque las cataratas tienen solución. Y esa solución es quirúrgica. Es decir, que debemos pasar por el quirófano.

Lo aconsejable es acudir al oftalmólogo cuando notamos alguno o algunos de los síntomas antes descritos. Una vez diagnosticados, nos encaminamos hacia la cirugía.

La cirugía de cataratas es ambulatoria. Por tanto, no requiere hospitalización. Dura unos 15 minutos y se utiliza anestesia local. El cirujano sustituye el cristalino natural del ojo por una Lente Intraocular. Estas lentes son de colámero y sirven para toda la vida. Tras la cirugía de cataratas hay un breve postoperatorio de 20 minutos. A continuación, nos marchamos andando a casa, igual que hemos venido. Y al día siguiente, nos sometemos a una pequeña revisión.

En esa primera intervención, realizamos la cirugía de uno de los dos ojos. La segunda, la del otro ojo, se lleva a cabo una semana después, con el mismo procedimiento y nuestros ojos quedan sanos y recuperados.

Capítulo importante en la cirugía de cataratas es el de la elección de las lentes que nos serán implantadas. Pueden ser lentes monofocales, bifocales o trifocales. Si nos decantamos por estas últimas diremos adiós a las gafas, porque sirven para visión cercana, media y lejana. Las lentes bifocales son para visión cercana y lejana. Y, las monofocales, para visión lejana.

En Oftálica contamos con quirófano propio, lo que además reduce considerablemente el estrés del paciente, porque la intervención se realiza en un ambiente que conoce, con el especialista que le ha tratado desde el principio, auxiliado por el equipo que conoce nuestra situación desde el primer minuto.

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