Dos estudios publicados por investigadores del Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), publicados en la revista 'Frontiers in Immunology', apoyan la idea de que es improbable que las variantes del SARS-CoV-2 puedan eludir la acción de las vacunas contra la COVID-19.

Según explican los autores, el SARS-CoV-2 tendría que mutar muchísimo más de lo que lo está haciendo hasta el momento, y de manera muy distinta a la observada, para plantear un posible escenario en el que las vacunas no ofrecieran una buena protección mediada por la respuesta inmune celular.

El primer trabajo, publicado a finales del mes de noviembre y firmado por Francisco Diez-Fuertes, Michael J. McConnell, Antonio J. Martin-Galiano y Daniel López, todos ellos científicos del CNM-ISCIII y los dos últimos autores principales del trabajo, concluye que la respuesta inmunitaria de los linfocitos T citotóxicos generada por las actuales vacunas es lo bastante potente y variada como para responder de manera efectiva contra las diferentes variantes del virus.

Mientras que el segundo trabajo, que acaba de publicarse y está realizado íntegramente por Daniel López, también firmante en el trabajo anterior, sugiere además que la protección inmunitaria celular citotóxica y auxiliar generada por las vacunas disponibles no se ve afectada por la variante Ómicron.

Las formulaciones actuales de todas las vacunas frente a la COVID-19 se basan en la secuencia de proteína de la espícula original de la cepa denominada 'Wuhan-1', pero continuamente y cada vez más se detectan nuevas variantes y subvariantes del SARS-CoV-2 que acumulan mutaciones frente a esta cepa original. Los cambios que se van produciendo en la secuencia de aminoácidos de la proteína de la espícula presente en los virus pueden afectar varias etapas de su ciclo replicativo y, potencialmente, podrían modificar la eficacia de la respuesta inmunitaria.

El artículo publicado esta semana ha analizado el posible impacto de las mutaciones presentes en la variante Ómicron que podrían facilitar el escape del virus de las respuestas inmunitarias citotóxicas y auxiliares generadas por las vacunas, en concreto las asociadas a los 551 alelos de HLA clase I y a los 41 alelos de HLA clase II más abundantes en la población humana. Estos alelos del Sistema del Antígeno Leucocitario Humano (HLA), que generan diferentes proteínas, son un indicador de la capacidad del sistema inmunitario de desencadenar una respuesta defensiva potente contra el virus.

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Gracias a una predicción computacional, el nuevo estudio ha confirmado algo que ya sugería el trabajo publicado en diciembre: estos casi 600 alelos, presentes en más del 90% de la población humana, contienen suficientes epítopos de células T sin mutaciones de escape a las vacunas en la variante Ómicron. El artículo anterior, llevado a cabo antes de la aparición de la variante Ómicron, centró su estudio en los 551 alelos HLA clase I y llegó a una conclusión similar analizando otras variantes previas del SARS-CoV-2.

Las conclusiones muestran que para el conjunto de la población mundial, no hay evidencias de que la protección mediada por la respuesta celular citotóxica generada con la vacunación se vea afectada de manera significativa por las variantes emergentes del SARS-CoV-2.