Con el nombre de Grazax, se presenta en forma de comprimidos que se disuelven rápidamente en la boca y está indicada para los pacientes adultos que sufren rinoconjuntivitis, padezcan o no asma, al entrar en contacto con el alérgeno.

Esta forma de inmunoterapia más cómoda contribuirá a "mejorar enormemente" la adherencia de los alérgicos al tratamiento, al evitar los pesados traslados al centro médico para ponerse inyecciones un día tras otro.

La doctora Montserrat Fernández Rivas, médico adjunto del Servicio de Alergia del Hospital Clínico San Carlos, de Madrid, ha destacado la relevancia de este avance porque, a pesar de la eficacia ampliamente demostrada de la inmunoterapia, en España menos de la mitad de los alérgicos siguen este tratamiento como método para curar su enfermedad.

Fernández Rivas, una de las principales investigadoras en el desarrollo de la vacuna, ha explicado en una rueda de prensa que la ingesta de un comprimido diario debe iniciarse dos meses antes de que comience la estación de gramíneas, que suele coincidir con mayo.

Ha recomendado además mantener la administración continuada de Grazax durante tres años "porque se ha demostrado que tiene un beneficio clínico progresivo".

La vacuna cuesta 106 euros pero, al estar financiada en un 40 por ciento por la Seguridad Social, los usuarios podrán adquirirla en la farmacia por 42 euros.

Los trabajos llevados a cabo con este medicamento innovador demuestran que la respuesta clínica se obtiene muy rápidamente y, de hecho, en la primera estación polínica ya se observa que un 82 por ciento de los pacientes se encuentran mejor o mucho mejor que en la anterior primavera, que sus síntomas se reducen un 30 por ciento y las necesidades de medicación en más de un 50 por ciento.

"Después de continuar con el tratamiento, observamos que en la segunda estación polínica se redujeron aún más los síntomas, superando el 40 por ciento y las necesidades de tratamiento sintomático de rescate en más de un 70 por ciento", ha pormenorizado la especialista.

Fernández Rivas ha subrayado que la aprobación de esta nueva vacuna se ha basado en el más ambicioso programa de investigación clínica desarrollado hasta el momento en el campo de inmunoterapia.

Con este fin, se han llevado a cabo seis estudios clínicos que han incluido a más de 2.400 pacientes y a 124 grupos clínicos.

En este estudio no se ha detectado ningún efecto adverso grave, aunque el 70 por ciento de los pacientes relataban que tan sólo en la primera semana sentían un leve picor de boca, oídos o garganta que desaparecía antes de una hora.

El doctor Pedro Guardia, jefe de Sección del Servicio de Inmunología y Alergia del Hospital Universitario Virgen Macarena, en Sevilla, ha indicado que en España cerca del 25 por ciento de la población padece algún tipo de alergia, siendo la más frecuente al polen de gramíneas.

Puesto que la patología alérgica es heterogénea en este país, debido a su diversidad climatológica, el doctor ha comentado que en las comunidades de la meseta es donde habrá más usuarios potenciales de este tratamiento.