Videojuegos, uso abusivo de 'smartphones', apuestas online y juego presencial, uso compulsivo de internet y la pornografía figuran entre las adicciones de los menores en España, según un ranking elaborado por la Plataforma de Apoyo al menor.

Tomando como base la última Encuesta sobre uso de drogas en Enseñanzas Secundarias en España (ESTUDES) del Ministerio de Sanidad y datos de la ONG Proyecto Hombre, el ranking sitúa en primer lugar de las adicciones de los menores a los videojuegos, ya que entre los estudiantes de 14 a 18 años, esta práctica es habitual para el 82,2% de los jóvenes, en su mayoría entre los chicos.

El uso abusivo de 'smartphones' ocupa el siguiente lugar en el ranking, pues el 70% de los menores con 12 años tiene a su disposición un teléfono móvil, y de ellos, el 40% reconoce que hace un uso excesivo, según datos de Proyecto Hombre.

A continuación, aparecen las apuestas 'online' y el juego presencial que han registrado un crecimiento, según se desprende de la encuesta ESTUDES realizada por el Plan Nacional sobre Drogas. Así, en chicos ha pasado del 21,6% en 2016 al 30,7% en 2018, mientras que en mujeres el porcentaje es más bajo pero el crecimiento más pronunciado al pasar del 5,4% en 2016 al 15,3% en 2018. En el caso de las apuestas online, el 10,2% de hombres decía haber jugado dinero online con frecuencia en 2016, mientras que en 2018 fue un 17,4%.

El uso compulsivo de internet figura como otra adicción de los menores dado el fácil acceso a los mismos, entre otras cuestiones. Según el Compulsive Internet Use Scale -que mide la prevalencia del uso compulsivo de internet-, ésta ha pasado de 16,4% en 2014 a 20% en 2018, entre los usuarios de 14 a 18 años.

Por sexo, las adolescentes tienen una tasa de prevalencia de 23,4% por sobre los hombres, que tienen una de 16,4%; una prevalencia que también se incrementa según la edad, siendo a los 14 años de 18,2% y a los 18 años de 22,3%, en general.

La pornografía completa el ranking de las adicciones ya que, como recuerdan los expertos, teniendo en cuenta que el primer móvil se tiene a una edad que oscila entre los 10 y 12 años, el acceso a la pornografía y el consumo de la misma también se producen a una temprana edad, una adicción que genera cambios en las conductas sexuales, aumentando la violencia, coerción, cosificación, despersonalización y otras prácticas.

Según el portavoz de la Plataforma de Apoyo al Menor, Javier Moreno, "el auge de este tipo de adicciones es un grave problema de salud pública ya que pone en peligro el futuro de nuestros menores" por lo que ha pedido "ponerle freno" y se ha puesto "a disposición del Gobierno para buscar soluciones a esta lacra".