La última de las procesiones, la de Humildad y Paciencia, lo intentó hasta el último momento. El público aguardó en la puerta de Nuestra Señora de Gracia esperando una salida que parecía inminente, pero que finalmente no se produjo. En el interior, la música emocionó a los presentes, teniendo que asumir que hasta el siguiente año no podrán sacar a las imágenes a la calle.