Pello, director de una sucursal bancaria, es detenido. Abandonado por el superior que le enredó para cometer el delito, huye para evitar la cárcel y se convierte en fugitivo. Sin documentación ni dinero, sin familia ni amigos de confianza, Pello consigue falsificar su identidad para poder seguir escondido durante un tiempo. Con esa falsa identidad y por azar, acaba escondido en un edificio ocupado por desahuciados en lucha. Pello se gana la confianza del colectivo, con el objetivo de robarles el dinero suficiente para pagarse una documentación falsa, huir al extranjero y empezar una nueva vida.