Dicen que los niños nacen con un pan debajo del brazo, pero en el caso de Mateo fue una pandereta. El pequeño asturiano, que ahora tiene 5 años, pertenece a una familia muy aficionada al floclore y a la música más tradicional de su tierra, una pasión que siempre inculcaron a su hijo. "Su padre y yo bailamos en un grupo tradicional asturiano, y él lo mamó desde que nació. Se empapó de esa música y de sus instrumentos; de hecho toca la pandereta bastante mejor que yo", confiesa Carmen Alonso, madre del pequeño.