Dos meses y 11 días después del nacimiento de Ana Sandra Lequio en Miami, Ana Obregón ha regresado a España con su nieta. A pesar de que se especuló con que la presentadora esperaría a que la pequeña tuviese tres meses para volver a casa, sus compromisos profesionales han provocado que adelante su viaje a Madrid y este miércoles aterrizaba en barajas con la hija de Aless en brazos.

A pesar de la enorme expectación y del debate sin precedentes que generó la decisión de Ana de recurrir a la gestación subrogada a los 68 años para cumplir la última voluntad de su hijo, la actriz no ha dudado en confesar que volvería a hacerlo otra vez.

Al margen de todo y alejada del foco mediático, en Miami ha disfrutado de dos intensos meses con Alexandra en los que, volcada en los cuidados de la pequeña, han sido numerosas las ocasiones en las que ha presumido de la niña, una preciosa bebé que, como confiesa, le recuerda mucho al otro gran amor de su vida, su hijo Aless.

Una nube de felicidad que ahora continuará viviendo en España, puesto que la presentadora debe retomar sus compromisos profesionales.

Ana Obregón no se muerde la lengua contra quienes le critican por lo de su nieta

Ana Obregón no se muerde la lengua contra quienes le critican por lo de su nieta EUROPA PRESS

Apretada agenda profesional

El próximo 11 de junio estará en la Feria del Libro de Madrid y se espera que convoque a los medios de comunicación para presentar su libro "El chico de las musarañas", que comenzó Aless y ella ha terminado.

La jurado de "Mask Singer" habría cerrado también su visita a El Hormiguero y al programa de Bertín Osborne. Está preparada para volver a la realidad y sin separarse de su nieta ha llegado esta mañana a España intentando esquivar a la prensa.

La bióloga ha utilizado el servicio premium del aeropuerto de Madrid, aunque no ha podido evitar que se captaran sus primeras imágenes con la pequeña en nuestro país.

Con una inmensa sonrisa, con gafas de sol y un favorecedor vestido blanco con flores en color azul intenso, Obregón abandonó la terminal con Anita dormida plácidamente en sus brazos en dirección a su casa con La Moraleja, donde poco después ha recibido ya la visita de su familia para conocer a la pequeña.