84.000 prendas de vestir, es el botín de un grupo que operaba en Alicante formado por 11 personas, todas han sido detenidas. Algunos miembros de este grupo trabajaban en una empresa de transporte asentada en Bacarot y encargada de distribuir la mercancía de una conocida cadena textil entre los centros comerciales de Alicante y Murcia, condición que aprovechaban para manipular las cajas de los envíos y sustraer la ropa de su interior en grandes cantidades. La investigación se inició tras la denuncia de los servicios jurídicos del grupo empresarial dedicado a la fabricación y comercialización de textil, al darse cuenta de la sustracción de decenas de miles de artículos de ropa de su firma. Por su parte, los ahora detenidos, ponían a la venta la ropa sustraída en los mercadillos de Alicante, San Juan y Elche, con las etiquetas originales y con un precio muy inferior al del mercado. Se estima que el perjuicio económico ocasionado a la cadena de moda supera el millón de euros.
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