Una plantación de marihuana, con grandes cantidades de esta sustancia secada para la distribución al por mayor, casi medio kilo de cocaína, billetes en efectivos y armas de fuego como fusiles de asalto o escopetas. Tráfico de armas, venta de drogas, extorsión a través de préstamos y blanqueo son solo algunos de los delitos de los que se acusa a una banda con sede central en Murcia y que tenía ramificaciones en Alicante, donde se han realizado registros y detenciones, y Cádiz.
El plan de la organización era conseguir armas del mercado legal para introducirlo en el ilegal. El comprador denunciaba la pérdida del arma por despiste o robo y se lavaba las manos, mientras que la banda obtenía dinero a través de la venta de estas a narcotraficantes, un dinero que después tenía que lavar, y lo hacía comprando