Mario Marín trata de taparse con la misma camiseta azul con la que se tapó el día de su detención. El hijo pequeño del gerente de La Mechá ha sido el primero en salir del calabozo para ver a la juez que instruye el caso Magrudis y el primero en salir en libertad con cargos. Tras él ha declarado su hermano Sandro, dueño de Magrudis sobre el papel y su padre, José Antonio Marín, el administrador de hecho. Tendrán que explicar lo más importante: por qué ocultaron que había listeria en la carne mechada ya en febrero y por qué la siguieron vendiendo.

Mientras, casi la mitad de los más 200 afectados ya han comenzado a reclamar indemnizaciones como Teresa, que estuvo hospitalizada tras comer carne de la Mecha. Pero otros lo tienen difícil porque no se les realizaron análisis pese a haberlos pedido.