Antes de su segundo día de declaración Rodrigo Rato sí se ha parado con la prensa para insistir en las irregularidades de la causa y no ha evitado los enfrentamientos con la fiscal. Ella le acusa de ocultar sus ganancias patrimoniales y sus cuentas en el extranjero. Él la acusa a ella de perseguirle. Sobre la mesa, once delitos fiscales, blanqueo de capitales, insolvencia punible, corrupción y falsedad documental por una fortuna que se incrementó en más de 15 millones de euros, presuntamente a través de un entramado de sociedades y cuentas a nombre de otros. Enfrente, una petición de setenta años de cárcel, donde ya pasó dos años por las tarjetas black.