El propietario de una tienda de una conocida marca de ropa del centro de Valencia está cansado de la situación. En menos de un minuto -en realidad no llega a 45 segundos- una pareja entra en el establecimiento de la calle Sorní pertrechado con una bolsa, empiezan a meter en ella diversas piezas, y con toda la tranquilidad salen del local sin que salten las alarmas. Mientras los otros trabajadores de la tienda se encuentran atendiendo a otros clientes.