Cada día, antes de prepararse para subir a un avión, una tripulante de cabina de Vueling debe calzarse unos tacones de entre 5 y 8 centímetros de altura. También aplicarse una base de maquillaje que coincida con su tono de piel, así como un delineado de ojos y un rímel de color negro (no de otro). Tienen prohibido utilizar extensiones de pestañas “de largura o aspecto artificial”, sombras de ojos que no sean gris claro o marrón claro y si se pintan los labios deben usar un tono "discreto". 

En cambio, el código de vestimenta para los azafatos es sustancialmente más escueto y con que vayan a trabajar con un "aspecto limpio y aseado" tienen suficiente. La aerolínea no establece para ellos ni qué zapatos deben llevar, ni si pueden o no ir maquillados de alguna manera. Es por ello que la Inspecció de Treball de la Generalitat de Catalunya, tras denuncia del sindicato Stavla, ha determinado que Vueling podría lograr una imagen corporativa “de manera menos gravosa y más equilibrada, sin afectar a los derechos fundamentales” de los trabajadores. Y, por ende, considera acreditado que la compañía incurre en una infracción muy grave y le reclama 30.000 euros de sanción. 

Más información