Dani Alves trata de convencer al juez de que no hay rieso de fuga, que si sale de prisión se quedará en España para afrontar el juicio. Para ello sus abogados han presentado un recurso esgrimiendo varias razones. La primera, su arraigo en España, familiar, social y económico. Está empadronado aquí, donde tiene amigos, familia y varias sociedades.

La segunda, está dispuesto a aceptar cualquier medida de control, llevar una pulsera telemática, entregar su pasaporte e incluso firmar a diario en los juzgados. Y en tercer lugar está dispuesto a pagar una elevada fianza y a entregar las escrituras de su casa.

Los abogados alegan también que ha perdido mucho poder adquisitivo, alrededor de 40.000 euros al mes. Su equipo, el Pumas de Mexico, ha rescindido su contrato y muchos patrocinadores le han abandonado a raiz de la denuncia.

La estrategia de Dani Alves se va a centrar en demostrar que la víctima consintió las relaciones sexuales, que no hubo intimidación como ella asegura. De momento la primera en dudar de la versión de Alves es su propia mujer. Tras eliminar sus fotos juntos en redes sociales ahora le habría pedido el divorcio.