El Real Decreto-ley 6/2022, de 29 de marzo, en vigor desde el 31 de marzo de 2022, limita al Índice de Garantía de Competitividad (el último publicado 2,02%) la subida máxima del precio en los contratos de alquiler que sean actualizados porque se cumpla la correspondiente anualidad de vigencia dentro del periodo comprendido entre la entrada en vigor de este real decreto-ley y el 30 de junio de 2022, cuando no haya acuerdo sobre la actualización de la renta entre el arrendador y el propietario.

Cuando el propietario sea un gran tenedor, es decir, persona física o jurídica titular de más de diez inmuebles urbanos de uso residencial o una superficie construida de más de 1.500 metros cuadrados, la subida no podrá en ningún caso superar lo indicado por el índice de Garantía de Competitividad (el último publicado es 2,02%).

Esta limitación se aplicará a los contratos a los que corresponda su revisión anual desde el 31 de marzo hasta el 30 de junio de 2022.

Ante esta situación hemos contactado con los expertos de Legálitas, quienes nos recuerdan cómo afecta este indicador a una subida de rentas en el mercado del alquiler en gran número de hogares.

Plazos para actualizar el precio del alquiler

En primer lugar, se recuerda que la actualización de la renta podrá ser exigida, única y exclusivamente, a partir del mes siguiente a aquel en el que se hubiera comunicado. Es decir, si la actualización es de diciembre, pero el arrendador, por cualquier motivo, se lo comunica al inquilino en el mes de febrero, la obligación de renta actualizada comienza a partir de marzo, no pudiendo reclamar los atrasos que se hubieran generado. En este sentido, el incremento de la renta en función del IPC debe tomar como mes de referencia el que corresponda al último índice publicado a fecha de actualización del contrato.

El propietario tiene derecho a actualizar la renta anualmente en función de la variación del IPC, siempre y cuando esta cláusula aparezca reflejada en el contrato y se avise al inquilino con un mes de antelación. El inquilino, por su parte, puede negociar con el arrendatario la eliminación de dicha cláusula. No obstante, si el arrendador no cambia de opinión, el inquilino no puede hacer nada al respecto. 

Repercusión en el mercado del alquiler 

Más allá de las repercusiones directas sobre los inquilinos, nos vamos a detener también en las tensiones que vive el propio mercado del alquiler. Para ello, recurrimos a la opinión y datos que nos aportan desde la plataforma de alquiler HousingAnywhere. En su Índice Internacional de Alquileres, correspondiente al primer trimestre de 2022, muestran que los precios en el mercado europeo del alquiler residencial siguen aumentando de forma pronunciada, superando incluso la tendencia del trimestre anterior.

En el caso de España, donde, según datos del INE, el IPC de marzo volvió a batir un récord de incremento en los últimos 37 años al situarse en el 9,8%, los precios también suben en casi todas las modalidades de alquiler en las tres ciudades del país analizadas en el citado estudio: Valencia, Barcelona y Madrid. Valencia es la ciudad donde más han subido los precios de los apartamentos, ya que se ha registrado un incremento respecto al trimestre anterior del 10,2% y un incremento anual del 20,1%. En el caso de la Ciudad Condal, el aumento trimestral ha sido del 4% y el aumento anual del 19%. En cuanto a la capital, los precios de los apartamentos se han mantenido estables respecto al trimestre anterior, pero han registrado un incremento anual del 12,8%.

Según Djordy Seelmann, director general de HousingAnywhere, "mientras las ciudades se esfuerzan por desarrollar y aplicar estrategias a largo plazo que combatan el desequilibrio entre oferta y demanda, es probable que continúe la falta de alquileres disponibles, asequibles y accesibles. Además, la guerra en Ucrania no sólo está repercutiendo en la inflación al hacer subir los precios del combustible y del gas, sino que también se suman los desafíos en el mercado de la vivienda, ya que vemos una creciente afluencia de personas desplazadas por la guerra a otros países europeos". ''El impacto de la guerra en Ucrania ha puesto de manifiesto una vez más la interconectividad entre la economía mundial y muchos campos de actuación de la comunidad europea, más allá de debates políticos. En cuanto a la vivienda, dicho impacto se percibe con mayor urgencia, importancia y relevancia, ya que afecta a todos los aspectos de la vida de las personas. Como hemos visto en ciudades como Berlín y Barcelona, limitarse a regular los mercados del alquiler mediante topes de precios y otras restricciones no da los resultados esperados, sino que desincentiva la oferta de alquileres residenciales y pone más presión sobre unos mercados ya de por sí complejos. Las instituciones deberían adoptar una postura más colaborativa y trabajar con todos los actores del ecosistema del alquiler para desarrollar soluciones innovadoras para un problema común que va más allá de los intereses sectoriales", concluye el responsable de HousingAnywhere consultado.