La duda se ha despejado este lunes. Primoz Roglic estará en la Vuelta, que empieza el viernes en Utrecht y donde aspira a una cuarta victoria de forma consecutiva. Llevaba días tratando de encontrar la forma más o menos perfecta para que en su imperio en la ronda española solo brille el sol esloveno. Si el Tour es una carrera esquiva, donde siempre le aparece un gato negro que se cruza en su camino, la prueba española es algo así como el jardín perfecto para tenerlo todo controlado hasta el infinito y más allá.

Si Roglic no hubiese estado en el Tour, quizás otra suerte habría corrido por la ronda francesa, porque su ofensiva en el Galibier fue no solo clave sino imprescindible para que su compañero Jonas Vingegaard llegase de amarillo a París. Suyos fueron los demarrajes que provocaron que Tadej Pogacar se quedase sin batería en el Granon y empezase a perder un Tour que, inicialmente, lo tenía casi como único favorito al triunfo final.

Al contrario que Pogacar, Roglic ha hecho todo lo posible que estaba en su mano para disputar la Vuelta. Tras abandonar el Tour a falta de un semana, herido en la espalda por la caída que sufrió en la etapa de los adoquines, se pasó 15 días sin tocar la bici, tratando de recomponer la columna vertebral y sobre todo superar los dolores que transformaban su bicicleta en un potro de tortura.

Hasta que no ha estado bien ha ido demorando la confirmación de su asistencia a la prueba, si bien es cierto que ya hace días el Jumbo entregó la lista de preinscritos a la carrera donde figuraba en primera posición el corredor esloveno. Además, al no aparecer la montaña hasta la etapa de Bilbao (quinta jornada, con un descanso por traslado, y las ‘clásicas’ holandesas de por medio) tiene unos días extras para recomponerse con el dorsal en la espalda.

Dorsal número uno

Llevará el número uno en una Vuelta donde este lunes los equipos participantes han acabado de confirmar a los ocho corredores que los representan; una nutrida presencia de figuras aunque falten los tres astros del Tour (Pogacar, Vingegaard y Van Aert). Estará el ganador del Giro (Jai Hindley), el campeón olímpico (Richard Carapaz), el ‘niño rebelde’ del ciclismo belga (Remco Evenepoel), el campeón del mundo (Julian Alaphilippe), el escalador ‘eterno’ (Nairo Quintana), el vencedor de 2018 (Simon Yates), el triunfador del Giro 2020 (Tao Geoghegan Hart) y un aspirante portugués al jersey rojo (Joao Almeida).

Con ellos la representación española en la que destaca un Alejandro Valverde que afronta la última Vuelta; Enric Mas, que aspira a quitarse de encima las malas pulgas acumuladas en el Tour; Mikel Landa, tercero del Giro; Juanpe López, que llevó la ‘maglia rosa’ por Italia, y, sobre todo, las dos grandes perlas jóvenes con el mundo de la bici abierto para ellos y cargados del mejor ciclismo en sus piernas, Juan Ayuso y Carlos Rodríguez. El viernes se alza el telón.