Supone el regreso a la comedia, tras pernoctar en el drama con la interesante Rastros de sándalo, que vimos en 2014, de la directora catalana María Ripoll, cuyos títulos más interesantes de su todavía corta filmografía, integrada por seis largometrajes, son Lluvía en los zapatos y Tortilla soup. Según la propia realizadora, esta cinta es una comedia romántica que además contiene otros géneros cinematográficos: cine de acción(aunque sea persiguiendo a un queso), de aventuras(no es el Arca perdida pero sí la maleta perdida), de road movie(en un autobús con los invitados perdidos por Europa), un poco de drama y cine épico, pero sobre todo es una comedia actual y a la vez muy de aquí, con un planteamiento gamberro y a trozos delirante. Es la primera película protagonista del actor Dani Rovira tras su éxito multitudinario en Ocho apellidos vascos, con la que debutó en la pantalla grande como actor, y está acompañado también de Clara lago y de María Valverde.
Eva y Alex, los protagonistas, son una pareja que, tras tres años de noviazgo, decide casarse en el lugar en el que se enamoraron, un pequeño pueblecito de la campiña inglesa. Lo que Eva y Alex no saben es que lo que en un principio parece una maravillosa y romántica idea se va a convertir en un disparatado y auténtico infierno cuando una huelga de controladores impide que el novio y los invitados se reúnan con la novia y su séquito. Por suerte, los novios tienen una motivación extra que les llevará a intentar superar todos los impedimentos que le ponga el destino. La motivación más grande del mundo: su amor.
En palabras de María Ripoll, «los españoles tenemos esa seña de identidad que tanto nos caracteriza: al salir al extranjero armamos jaleo. Ya sea por el tono de voz, la costumbre de besarnos o abrazarnos o intentar hacernos entender en todos los idiomas hablando español despacio y gritando. Alec y compañía en Amsterdam hablando spanglish, se tienen que jugar la maleta perdida comiendo pastelitos de marihuana. Eva y sus mejores amigas, junto con la suegra que preparan la boda en Inglaterra, y se tienen que lanzar colina abajo en una carrera de quesos dándolo todo frente a la flema británica. Y un bus lleno de la comitiva española, cantando y bailando perdidos en medio de Europa».
Para la cineasta, ésta es una historia muy coral y para ello ha contado con lo que califica un equipazo de actores fantástico. «Ha sido brutal-dijo- trabajar con tantos actores a la vez y tan buenos. Todos han aportado mucho a la historia. Dani Rovira es un actor cómico impresionante, pero también es un actor con muy buenas aptitudes para el romanticismo y la acción».
