Más accesible, más iluminado y con el blanco como color de fondo para que destacen las frutas y verduras. Así será el Mercado Municipal de Mutxamel «El Salvador», construido sobre los muros y las vigas de madera del primitivo colegio mixto del año 1932, un edificio emblemático de la localidad que volverá a tener un uso muy diferente al original después de ocho meses de obras. Una utilidad distinta, como es la de fomentar el comercio local de proximidad, con la creación de 16 puestos, con un aspecto exterior similar al que tuvo en sus inicios ya que el proyecto incluye la recuperación de las arcadas de la fachada racionalista, unos ventanales redondeadas que se eliminaron en varias reformas posteriores.

El alcalde de Mutxamel, Sebastián Cañadas, el concejal de Urbanismo, José Antonio Bermejo, el jefe de los Servicios Técnicos Municipales, Francisco Maciá, y la arquitecta Teresa Carrau (una de las responsables del proyecto junto con el Estudio Alberto Burgos) presentaron ayer cómo quedará esta obra, que antes de acabar el año debe salir a licitación para que pueda entrar dentro de los plazos estipulados por la subvención concedida por la Diputación. Precisamente, la financiación de la obra, con un importe exacto de 1.113.104,45 euros, - sufragados en un 75% por la Diputación y el 25% restante por el Ayuntamiento de Mutxamel-, fue lo primero que destacó el alcalde, ya que «tenemos la suerte de contar con esa ayuda de Diputación, que nos permitirá tener un mercado con más variedad, con muchos más puestos de los actuales, donde se de cabida a más productos», comentó Cañadas.

Por su parte, el edil de Urbanismo destacó que la construcción del proyecto permitirá tener «un mercado necesario y acorde con las necesidades de Mutxamel», con el que dinamizar la zona comercial del centro urbano.

El hecho de que el antiguo colegio mixto El Salvador fuera el primer edificio singular de la avenida Carlos Soler (después llegaron el cuartel de la Guardia Civil y el Ayuntamiento), en lo que supuso el ensanche de centro histórico, se ha tenido muy en cuenta a la hora de trazar el diseño del nuevo edificio.

Apertura exterior

Otro aspecto muy potenciado es la luminosidad, ventilación y apertura exterior de las instalaciones, según comentó ayer la coautora del proyecto Teresa Carrau. La valla perimetral que rodea el edificio desaparecerá, por lo que los accesos al mercado serán por seis entradas, distribuidas en ambos laterales del inmueble, creando espacios muy diáfanos. La cafetería estará comunicada por medio de unas paneles de policarbonato, que permitirá unir y separar este servicio de los puestos del mercado en función del horario. En la parte posterior se abrirá una plaza pública, con una zona aislada para que aparquen 31 vehículos, que podrán acceder por las dos calles transversales, Ramón y Cajal y Francisco Martínez Orts.

El compromiso del gobierno local es licitar la obra antes de acabar 2018, por lo que tras el proceso de adjudicación y, con un tiempo estimado de ejecución de obra de 8 meses, el nuevo mercado estará disponible entre finales de 2019 y principios de 2020.