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Los peritos discrepan sobre el estado mental del acusado de matar a su madre en San Vicente

Especialistas del Psiquiátrico sostienen que no tenía trastornos y un forense afirma que estaba afectado y que no descarta un brote psicótico

El acusado de matar a su madre en San Vicente al llegar a la Audiencia de Alicante. | HÉCTOR FUENTES

La tercera sesión del juicio por la muerte de la vecina de San Vicente del Raspeig asesinada por su hijo al asestarle 69 puñaladas el 4 de junio de 2020 no ha despejado las dudas sobre el estado mental del acusado en el momento del crimen al no ofrecer los peritos una opinión unánime sobre el acusado. Mientras una psiquiatra y un psicólogo del Hospital Penitenciario de Fontcalent defienden que el procesado simula y no tiene trastornos psiquiátricos, un forense del Instituto de Medicina Legal, especialista en psiquiatría, asegura que el hijo de la víctima tenía afectadas parcialmente sus capacidades intelectiva y volitiva cuando apuñaló a su madre y no descarta que sufriera un brote psicótico. Mientras unos peritos defienden que el acusado es «semiimputable», otros tienen claro que tenía «sus facultades indemnes».

La postura del médico forense fue rechazada de plano por la psiquiatra de Fontcalent y por un psicólogo del mismo centro que atendieron al acusado tras ingresar en el Hospital Psiquiátrico Penitenciario, donde estuvo recluido casi un año antes de ser trasladado a la cárcel de Villena. La psiquiatra afirmó en el juicio con jurado popular que se celebra en la Audiencia de Alicante que el procesado no tiene ninguna enfermedad mental ni sufrió un trastorno psicótico, pese a que aseguró que mató a sus madre porque escuchó «unas voces» de un familiar muerto que se lo ordenaron.

Esta especialista señaló que Jorge Melchor sí tenía un trastorno disocial de la personalidad, pero sin rasgos paranoides ni de esquizofrenia, como afirmó también en el juicio una psicóloga forense del Instituto de Medicina Legal (IML) de Alicante. La psiquiatra explicó que le suministraron los primeros días una medicación antipsicótica por las declaraciones sobre las supuestas «voces» que le ordenaron cometer el crimen, pero a los tres o cuatro días se la cortaron al comprobar que no tenía psicosis Dos días después del crimen, según la psiquiatra, «estaba tranquilo» y sin remordimientos. Ofreció un relato con «engaño» y según la prueba que le hizo el psicólogo del Psiquiátrico de Fontcalent había una «sospecha de simulación altísima» de los rasgos psicóticos. Este perito destacó igualmente que el acusado también simuló tener una capacidad intelectual menor de la que tiene.

Deficiencia

Por su parte, un forense del Instituto de Medicina Legal afirmó que el acusado sí «tiene una deficiencia intelectual» y sufrió un trastorno en el momento de los hechos. En su opinión, no se puede entender la agresión si no es por una patología mental en el acusado. Señaló que el día del crimen la madre del acusado le preparó la cena y que ambos salieron a ver el arco iris y la lluvia. «Es un ataque sin móvil, ni fundamento, no tiene beneficio y no se planifica», señaló este especialista en psiquiatría forense.

Este perito achaca lo sucedido a una conjunción de varios factores en el acusado: el consumo de drogas, el trastorno de personalidad y la situación de aislamiento por el covid. El forense aseguró asimismo que el acusado le dijo que no estaba «enfadado» por la donación a su hermana de una vivienda por parte de su madre.

Por otro lado, un psiquiatra que atendió al acusado varias veces en años anteriores a los hechos manifestó que no detectó ningún trastorno psiquiátrico en el procesado, pero sí señaló que le confesó que se «descontrolaba» con los porros y que «estaba quemado» con el padre por el control que ejercía sobre él en su trabajo.

Los peritos que comparecieron en el juicio por los análisis toxicológicos del acusado señalaron que no detectaron alcohol en la sangre pero sí restos de sustancias derivadas del cannabis y cocaína. Según estos técnicos, los análisis del cabello también reflejan que consumía de manera habitual dichas drogas pero admitieron que no pueden concretar si los ingirió el mismo día del crimen.

El fiscal, la acusación particular y la defensa emitirán hoy sus informes y a continuación el jurado popular recibirá el objeto del verdecito para emitir un dictamen sobre la culpabilidad o no del acusado.

Casi la mitad de las 69 puñaladas en la zona del cuello y la cara

Los forenses que realizaron la autopsia a la mujer asesinada por su hijo el 4 de junio de 2020 en San Vicente del Raspeig explicaron a los miembros del jurado popular que la víctima sufrió un shock hipovolémico por una pérdida masiva de sangre a causa de las 69 puñaladas que le asestaron por diversas partes del cuerpo. Indicaron que ninguna de ellas le causó la muerte «instantánea» pero sí resaltaron que 29 de las heridas de arma blanca, casi la mitad, las tenía en la zona del cuello y la cara, lo que significa que la mujer ya no estaba en ese momento en condiciones de defenderse. Otras cuatro lesiones que presentaba en los brazos y una manos respondían a una acción de «protección del ataque más que de una lucha», señaló un forense. Además contabilizaron una decena de cuchilladas en la espalda. Los forenses calcularon que el ataque, de acuerdo a las 69 heridas, pudo durar «unos cien segundos» y destacaron asimismo que la víctima recibió un número de puñaladas muy superior a las necesarias para causar su fallecimiento, por lo que entienden que en este caso hubo «un sufrimiento mayor». La forense que acudió al levantamiento del cadáver también señaló que le llamó la atención la gran cantidad de heridas que tenía en la misma zona del cuello.

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