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Un amigo del joven que mató a su madre en San Vicente: «Dijo que iba a dar una paliza a sus padres, pero no lo tomé en serio»

El padre niega que el acusado padezca problemas psiquiátricos - El crimen se cometió un día antes de la firma de un préstamo con el que la hija iba a rehabilitar una casa donada por la madre

El acusado de matar a su madre, entre su abogado defensor y un policía, el primer día del juicio en la Audiencia de Alicante. | DELGADO

El marido de la mujer de 67 años asesinada a puñaladas en San Vicente en junio de 2020 aseguró ayer en el juicio con jurado popular que se celebra en la Audiencia que su hijo no tenía problemas mentales y era un «celoso total» de su hermana. Pese a que el acusado declaró que estaba poseído cuando mató a su madre y apuñaló al padre, el progenitor explicó en su declaración que «estaba un poco alterado, pero sabía lo que hacía».

El padre del acusado señaló asimismo que evitó su muerte porque «he sido policía, sé artes marciales y supe defenderme». El progenitor, que entró en la sala de vistas sin mirar a su hijo, explicó que su relación con él era normal y se había quedado con su cartera de clientes tras jubilarse como agente de seguros. Tenía «dinero suficiente para vivir fuera y la vida asegurada con la cartera de seguros», pero seguía conviviendo con sus padres.

Una de las cuestiones que generó celos fue la donación de la madre a su hija de una casa, inmueble que iba a ser derribado para construirse una vivienda la hermana del acusado. «No estaba de acuerdo con que le diera la casa», indicó el padre, quien señaló que al día siguiente del crimen se iba a firmar una hipoteca para dicha vivienda.

El padre declaró por otro lado que no tenía constancia de que su hijo consumiera cocaína pero aseguró que en su domicilio no se drogaba. Sin embargo, el día que fue acuchillado y subió a su domicilio, donde encontró a su mujer fallecida a causa de múltiples puñaladas, sí vio en la habitación de su hijo «dos o tres colillas de porros».

Sobre el día de los hechos relató que su hijo no llegó a decirle que había matado a su madre y que se iba a suicidar. Le atacó por la espalda cuando estaba en el garaje y tras recibir tres cuchilladas pudo escaparse mientras el acusado le perseguía, cuchillo en mano y diciéndole «te voy a matar».

En ese momento apareció una vecina que intercedió entre ambos. El hijo le dijo a esta testigo que «su padre le había pegado» y poco después se marchó en su coche tras recriminarle por lo que había hecho. Esta testigo afirmó que «no parecía poseído» cuando le vio con el cuchillo en la mano.

El padre de Jorge Melchor insistió en que su hijo no padecía ningún trastorno, aunque a veces tenía reacciones violentas en el domicilio y daba patadas al mobiliario. La hija de la fallecida señaló también de forma tajante que su hermano «no tiene ninguna deficiencia» y que nunca vio que consumiera droga en casa de sus padres. Indicó que su madre le contó que su hermano tenía celos y precisó que desde 2019 notó que ella dejó de ser «alegre y risueña» y era bastante sumisa con él. No le contaba «cosas a mi padre» para evitar enfrentamientos y le pareció extraño que meses antes del crimen le dijera que si le pasaba algo a ella ya sabía donde estaban las joyas y cosas importantes.

Un amigo del acusado reconoció que tras decirle que «estaba harto» le aconsejó que se marchara de casa de sus padres. «Dijo que se estaba cansando de sus padres y les iba a dar una paliza, pero no lo tomé en serio», señaló este testigo.

La hermana de la fallecida y su marido también afirmaron que no conocen que su sobrino padezca problemas psiquiátricos y un cuñado del acusado declaró que le molestaba el «control» que el padre ejercía sobre él tras cederle su negocio de seguros y la cartera de clientes.

La vista oral se reanudará este miércoles en la Audiencia de Alicante con la declaración de los forenses y otros peritos y mañana jueves se reunirá el jurado para emitir su veredicto.

La víctima a un testigo: «¿Crees que moriré a manos de mi hijo?»

Una mujer que tiene un centro de estética en San Vicente declaró ayer en el juicio que la víctima acudía a su establecimiento y en dos ocasiones vio que tenía moratones. Le contó que su hijo la «agarraba de los brazos y la tiraba contra la pared». Todo ello ocurrió poco antes de la pandemia y afirmó que tanto la víctima como el acusado eran clientes suyos y que la madre no quería contar lo ocurrido a su marido para que no se enfadase. La testigo señaló que la madre le hizo una pregunta que revela, como sostiene la acusación particular, que estaba aterrorizada: «¿Crees que moriré a manos de mi hijo?». Le contestó que no, «para mí es un chico normal».

Un amigo: «Me dijo que quería matar a sus padres»

Un amigo del acusado señaló que el procesado iba a su casa y allí fumaba a veces porros. Al menos en dos ocasiones, según este testigo, el procesado «me dijo que quería matar a sus padres» y trataba de justificarlo porque «decía que su madre le tenía controlado». Este testigo, que no dio importancia a estos planes de su amigo, manifestó además que «no noté en él ningún retraso mental; los seguros me los llevaba perfecto». Por otro lado, los agentes que le detuvieron no detectaron esa noche que estuviera afectado, como alegó el acusado.

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