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Análisis

Tripartito contra las cuerdas

La decisión del alcalde de El Campello de no devolver Contratación a Cs pone la coalición al borde la ruptura y aviva la sombra de una moción de censura que planea desde hace casi un año - La nueva crisis amenaza la aprobación de las cuentas

El portavoz de Cs, Julio Oca -izquierda-, y el alcalde Juanjo Berenguer (PP). INFORMACIÓN

El polvorín que es el tripartito de El Campello desde hace más de un año, a punto de estallar. La decisión del alcalde Juanjo Berenguer (PP) de quedarse con una de las principales concejalías de Cs, Contratación, puede ser la mecha que acabe por dinamitar la frágil coalición que mantienen populares y naranjas. Una coexistencia que lejos de aunar fuerzas, sobrevive como dos gobiernos paralelos que puede tener los días contados.

El primer edil firmó el pasado miércoles, estando en Fitur, el decreto que puede ser el golpe de gracia para el tripartito, que está más cerca que nunca de quedarse en bipartito con PP y Vox... siempre que los naranjas no vayan más allá y reactiven las negociaciones que desde marzo han estado llevando con la oposición para una moción, a raíz de la crisis por la subida del agua por la desaladora, pero que no se ha llegado a fraguar.

Cs anuncia que la ruptura del pacto de gobierno por parte del PP al quedarse con Contratación no se va a quedar así y su réplica llegará en breve. Esta vez ha buscado el respaldo de su cúpula para responder a una medida que consideran «intolerable». La cuestión es saber hasta dónde llegan. Si van a seguir en el ejecutivo pese al agravio sufrido con algún tipo de presión desde las altas esferas; si abandonan la coalición y pasan a una oposición en clara mayoría; o si plantean un gobierno alternativo.

Debilidad naranja

Desalojar al PP de la Alcaldía es complicado a falta de menos de año y medio para las elecciones. De lograr la izquierda y Cs echar a PP y Vox, poco tiempo tendrían después para dar un giro al Ayuntamiento en un contexto de precampaña continua y rentabilizar un arriesgado movimiento de cara a los comicios municipales de la primavera de 2023. Y dada la enorme debilidad de los naranjas tras los golpes sufridos por el PP en Murcia, Madrid o Castilla y León, con unas elecciones a las puertas de esta última región, una moción de censura con el apoyo de PSOE, Compromís, Podemos o EU en El Campello con el beneplácito de la ejecutiva de Inés Arrimadas parece ciencia ficción para una formación al borde de la desaparición.

De cualquier forma, en noviembre cayó uno de los obstáculos a la moción, ya que Compromís ya no supedita una negociación a que antes Cs salga del gobierno. Así, de tener el visto bueno naranja, quedaría todo en manos del PSOE y su portavoz Vicent Vaello, que tendría que dar, por fin, un paso adelante.

Invitación a marcharse

Cs ya rechazó de plano marcharse del equipo de gobierno el pasado verano, pese a invitarles el PP a hacerlo tras un nuevo encontronazo. Si querían que se fueran, tenían que echarlos, aunque ahora el contexto parece diferente al dar por roto el pacto de gobierno. Eso sí, marcharse comportaría una pérdida de sueldos y asesores.

PP y Cs han estado en Madrid, en la Feria de Turismo, esta semana. Allí el alcalde firmó el decreto de delegaciones que deja a Cs sin Contratación. Y allí se enteraron los ediles naranjas Julio Oca y Mercé Pairó del decreto. En Fitur, un año más, cada uno ha ido a lo suyo. Berenguer y su edil de Turismo, Marisa Navarro, promocionando El Campello como destino familiar. Y el portavoz de Cs, Julio Oca, y su edil de Igualdad, Mercé Pairó, apostando por el municipio como destino LGTBI+.

Presupuestos en el aire

Un tema de extrema importancia que se puede ver afectado por este nuevo enfrentamiento entre PP y Cs son las cuentas de 2022, que siguen en Intervención y se querían llevar a pleno este enero. El municipio mantiene prorrogadas las cuentas de 2020 y tanto PP como Cs habían manifestado que contar con un nuevo presupuesto para 2022 es crucial para poder acomodar grandes contratos que hay que renovar, como el de la limpieza viaria y recogida de basuras, de 4,5 millones, el de mayor envergadura del Consistorio. Pero este nuevo choque pone en peligro cualquier acuerdo. Prácticamente no se hablan.

Y el área objeto de esta última polémica entre las dos formaciones no es baladí. Contratación tiene un gran número de adjudicaciones pendientes de salir a concurso. Proyectos de gran calado como la eterna apertura de la piscina, terminada y llena de agua desde 2016, o el de la basura. Y controlar este área puede facilitar que se agilicen unos u otros.

En cambio, el PP no entiende la reacción de Cs. Considera que es potestad del alcalde la delegación de las concejalías, más aún teniendo en cuenta que el nuevo edil de Cs entra solo a media jornada, ya que quiere seguir como profesor. Y el área de Contratación requiere una dedicación total y puede suponer un cuello de botella para muchos proyectos. Desde los populares consideran que no se ha llegado a un punto de no retorno y no dan por roto el pacto. Es más, fuentes cercanas al PP aseguran que no se cierran a devolver en el futuro Contratación a Cs, una vez se vea la capacidad y dedicación del nuevo edil, y deslizan que Oca anda detrás de asumir Contratación desde hace meses.

Cs insiste en que iba a reestructurar sus concejalías ante la entrada del nuevo edil, pero los populares consideran que Cs ya ostenta áreas con una alta carga de trabajo como Infraestructuras, Servicios Públicos o Bienestar Social, lo que hace difícil una reestructuración optima. A su vez los naranjas ven inviable que Berenguer pueda sumar Contratación a la Alcaldía y a las concejalías que ya tiene: Territorio, Patrimonio, Participación, Residentes y Cementerio.

En los próximos días se verá si el tripartito sobrevive a su enésima crisis, o bien el alcalde tiene que hacer una reestructuración más profunda por la salida de Cs, algo que facilitaría que Vox, que está en el equipo de gobierno pero sin delegaciones, obtenga alguna concejalía tras dos años y medio de «aprendizaje»... o si la vara de mando cambia de manos.

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