Los alojamientos rurales del interior de la provincia de Alicante van a alcanzar una ocupación del 90% este fin de año, lo que supone un porcentaje muy cercano al habitual en estas fechas a pesar de la pandemia. El sector, de hecho, ha logrado resistir mejor el impacto de la crisis que los hoteles situados en la costa, al tratarse en su mayoría de establecimientos pequeños en los que no se registran masificaciones y que invitan a un turismo de carácter familiar.

Las reservas para fin de año entre los alojamientos rurales se están comportando de manera muy similar a la habitual, a pesar de la incidencia de la pandemia de covid. La presidenta de la Asociación Provincial Alicante Interior, Indira Amaya, señala que «las previsiones están siendo bastante buenas, con una ocupación que ronda el 90%. La verdad es que está habiendo mucha demanda, sobre todo de gente que busca casas y hoteles pequeños, que inspiran tranquilidad y seguridad en este contexto que estamos viviendo. También parajes donde poder hacer excursiones en plena naturaleza sin masificaciones».

En esta ocasión, por la coincidencia de la Nochevieja con la jornada del jueves, las estancias están siendo más largas, «incluso -subraya- de más de dos días, lo que sin duda es positivo para los negocios». Amaya reconoce que estas fechas suelen ser las mejores para el sector, hasta el punto que llega a ser complicado encontrar plazas libres. «Sin embargo -destaca- este año teníamos bastante incertidumbre ante la evolución del coronavirus, y no sabíamos cómo iban a poder reaccionar nuestros clientes».

De hecho, el anuncio de las restricciones para las fechas navideñas realizado por la Generalitat tuvo una incidencia negativa, hasta el punto, resalta la presidenta de la asociación, que «se llegaron a cancelar muchas reservas. En cambio, poco después se recuperó la demanda, hasta alcanzar el actual 90%».

Los alojamientos rurales, como la inmensa mayor parte de los sectores, han acusado el impacto de la pandemia, aunque no tanto como los hoteles de costa. Los datos facilitados por el Instituto de Estudios Económicos de la Provincia de Alicante (Ineca) en su último informe de coyuntura, indican que las pernoctaciones en el tercer trimestre del año se redujeron un 25% en el turismo rural en relación al mismo periodo del año anterior, mientras que en la costa el descenso fue superior al 35%.

Cambios en los establecimientos para adaptarse al coronavirus

Los establecimientos rurales han tenido que adaptarse tanto a las medidas preventivas del covid como a las exigencias de los propios clientes. Según señala la presidenta de la Asociación Provincial Alicante Interior, Indira Amaya, «las casas rurales que se estaban alquilando enteras, ahora lo están haciendo por habitaciones, para de esta forma cumplir con los aforos. También se están teniendo que delimitar las zonas comunes para respetar distancias de seguridad».